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domingo, 20 de mayo de 2018

La mirada de la bondad


Un fin de semana de abril, sobre la una de la madrugada hubo un apagón que duró toda la noche, dejando en plena oscuridad a todo el pueblo.

Por costumbre, me levanto a contemplar la cúpula celeste y en sombra soledad gozo viendo el zarandeo de luces fluyendo por los cielos.

Al principio creí que la bombilla del faro que alumbra la callejuela próxima al dormitorio se habría fundido y me alegré al ver que sin ella podía divisar el azulado cielo mientras entraba al mundo de los sueños. Cada noche tenebrosa freno el impulso de tirar una piedra a farola porque me priva del placer de observar titilantes guiños, y ocurrió que pudiendo disfrutar viendo el firmamento desde la cama, dormí de un tirón toda la noche.

 

Llevamos unidos quince años.  El hábito del trabajo hace levantar a  mi marido bien temprano “aunque lleva jubilado cuatro años su cuerpo aún no lo sabe y pega un brinco como lo hiciera exactamente durante cuarenta años”. Cuando dan las 6.30  en punto de la mañana, como si fuera un gallo pega un salto y como sonámbulo inicia su rutina matutina. Sin  embargo, la noche que hubo apagón ocurrió lo que nunca hizo antes y fue alzarse a las 5.30 horas.

Yo que lo veo levantar miro la hora e intuyo que irá al lavabo. Andando dubitativa pienso qué raro...pero sigo acostada, despierta mientras le oigo trajinar en la cocina.

Mientras que descanso analizo lo extraño de su madrugón girada sobre el lado izquierdo de la cama y de pronto noto dejarse caer con suavidad un grandísimo peso que se acuesta tras mi espalda. Sin sentir miedo primero intento con mi cuerpo arrastrarlo fuera de la cama pero pesa muchísimo, es como si tuviera a mi lado un bloque de hormigón. Intento moverlo para sacarlo de la cama  pero es imposible siquiera moverlo un ápice. Tras unos minutos de infructuoso intento me doy cuenta que estoy siendo abrazada por dos brazos. Permanecen quietos, no me tocan, solo me rodean y para mi sorpresa no siento miedo y comienzo a palpar primero sus brazos y sigo con sus manos. Percibo que son dos y enseguida las identifico. Me parece tan sorprendente lo que estoy viviendo que vuelvo a tocarlas una y otra vez para confirmar que son reales.

Identifico que pese a tener características antropométricas similares a la humana tiene la piel extremadamente suave.  Las manos y falanges tienen la suavidad del terciopelo, no parecen articulados y en seguida pienso que puede llevar guantes o quimono completo. Sus brazos y manos como si no tuvieran vida están quietos dejándose tocar y, queriendo saber y entender lo que pasa realizo un esfuerzo y en voz alta pregunto ¡Quien eres! ¡Qué es lo que quieres de mí! y acto seguido me gira con suavidad. Al tenerlo frente a frente veo un rostro humanoide de grandes ojos rubios de una expresión de inmensa bondad, tremendamente cautivadora, de inmediato sentí algo inexplicable, sus ojos expresaban conocerme profundamente, su boca es extraña y a continuación lo aparto con mis brazos, en ese momento su imagen se desvanece.

Enseguida salgo disparada del dormitorio y aviso a mi marido que anda trajinando en la cocina e insisto en que acuda al dormitorio. A continuación le cuento la experiencia y seguidamente le pregunto ¿Qué pasa hoy? ¿porqué te levantaste una hora antes? y contesta, no lo sé, supongo que mi reloj biológico se equivocó y acto seguido comenta…toda la noche ha permanecido  el pueblo sin luz y en cuanto a mí, no sé qué ha pasado ni porqué hoy me levanté antes, es la primera vez que me ocurre.

La siguiente noche a las cuatro de la madrugada me despierta una intensa luz. Entra por la ventana y percibo tanta fuerza que ilumina por completo el dormitorio. Parece haberse invertido la noche por una mañana soleada, pero mi reacción es contraria a mi forma de ser, y en vez de levantarme y abrigarme para observar y fotografiar desde la terraza  qué es lo que provoca la intensa iluminación, en segundos mi organismo queda atrapado en un grato y profundo descanso.

 


martes, 20 de marzo de 2018

Reflexiones: Proyecto inducido





Somos una especie privilegiada. En nuestro volatizado ser percibimos esa conversión mágica, ese soplo de polvo estructurado combinado en múltiples soluciones acuosas capaz de poseer conciencia.

Nuestro intelecto holostérico,  no se contentó con soñar, quiso alcanzar mucho más y logró dar vida a las experiencias vividas en la noche. Los sueños dieron paso al deseo, el anhelo generó ilusión y fe. La esperanza labró el terreno de nuestros instintos y amplió la imaginación y, de golpe, surgieron la destreza mental y habilidad manual, y así, el universo neuronal fue creciendo, retroalimentando mente y creatividad en un impuso sin freno.

Somos una especie soñadora, con mucha inventiva, creativa, muy artística.

A medida que avanzan los años estoy más segura que nuestra civilización tuvo desde su inicio un proyecto programado. Creados con un sólo objetivo, unir las mentes de toda una civilización. Razas diferentes cuyo pensamiento, emociones y conocimientos adquiridos durante su desarrollo evolutivo se ven agrupados, dirigidos  hacia la creación de la inteligencia artificial. El fin, crear seres capacitados, inteligentes que contribuyan y faciliten el avance de su creador “humano”, pero una vez logrado este paso, el mismo colectivo robotizado competirá en inteligencia artificial y sin poder poner freno a lo inevitable, se autogenerará un ser poderoso cuyos fines de inteligencia y crecimiento será “bajo la mirada del humano” poderoso e infinito.

Creo que somos un proyecto inducido, cuya meta fue generar una civilización que evolucionara y reagrupara el conocimiento en un solo intelecto. Una mente en la que se integrarían desarrollo biológico–tecnológico-cuántico.

Sin pretenderlo, estamos dando los primeros pasos encaminados hacia la elaboración de este inmenso proyecto, la formación de un poderoso ser.

El ser humano presume de haber sido agraciado por una mente prodigiosa, pero aún le quedan titánicos esfuerzos y mucho tiempo para que su cognición despliegue y amplíe su pensamiento. A la vez, para que nuestro instinto siga avanzando necesitamos el aporte del conocimiento  heredado por vegetales y el resto de seres vivos “seres irracionales” que de manera paralela también tuvieron adaptación al medio y adquirieron desarrollo e inteligencia, no sólo fue exclusivo para humanos, solo que aún no hemos alcanzado el nivel evolutivo que nos permita conocer su saber heredado.

Una sola mente que agrupe todo el saber aportado por la humanidad  integrará y ampliará a escala infinita todo tipo de conocimiento. Será inmune al paso del tiempo, no se  verá afectado por el daño celular, el dolor, el envejecimiento y su capacidad de sabiduría se desbordará creciendo de manera exponencial. Tendrá la capacidad y sensibilidad de integrarse en las mentes de cualquier especie y podrá comunicarse con ellas. Generará nuevas y mejores formas de vida animal y vegetal, le aportará cualidades físicas y componentes genéticos que determine un ser específico deseado.

Todo este polvo cósmico que germinó sobre la tierra tuvo un claro objetivo. Por insignificante que creas tu presencia aquí, todos estamos unidos en esta labor, este gran proyecto inducido.

martes, 20 de febrero de 2018

Reflexiones: Hacia la creación de un sólo Dios



Sería enriquecedor poder intercambiar pensamientos y conocimientos, avanzaríamos de golpe en todas las áreas científicas, las conocidas por nuestra civilización y otras nuevas impensables para nosotros aportadas por seres alienígenas.  Estabilizaría las sociedades uniendo las mentes de las diferentes razas humanas.  Se unificarían objetivos hacia el bien común, dejarían de existir los míticos dioses, causantes de injusticias, crímenes, guerra y destrucción que durante siglos nos han acompañado. Nos uniríamos hacia proyectos que beneficien al planeta tierra y especies que lo habitan. 

Se eliminaría cualquier tipo de enfermedad, se revertiría el envejecimiento orgánico y físico unido a un mayor coeficiente intelectual modulado hacia el desarrollo de ciertas áreas científicas y todo sería conseguido por el aporte de conocimientos bioquímico, genético, astrobiología aportado por seres de otros mundos.

Y cuando pasado largo tiempo, cuando el crecimiento se estabilice hacia el bien común, y hayamos olvidado protocolos en las relaciones humanas y las máquinas inteligentes sustituyan las labores del ser humano, entonces surgirá la subida drástica en otros aspectos mentales del hombre, alto índice de creatividad e imaginación adaptada a su evolución, podremos entonces combinar sinérgicamente ambas creaciones, ambas mentes,  la mente creativa del hombre y la mente de robots o humanoides pensantes e inteligentes.

Una mente robotizada eliminará toda palabra, acto o pensamiento no necesario para comunicar y/o actuar. Tendremos que acostumbrarnos a vivir con algo mágico creado por nosotros. Tendrá la capacidad de leer pensamientos y deseos y por tanto se adelantará antes de que un acto delictivo pudiera acaso germinarse. Nos superarán en todo, pasaremos a ser siervos de mentes avanzadas creadas por nosotros mismos y al final, si el mundo no sucumbe antes de terminar el gran proyecto o la mayor obra creada por el hombre, ellos a su vez pasarán a ser siervos robóticos de una sola mente, un solo ser inteligente que fue capaz de poner en funcionamiento todo lo necesario para autoabastecerse en crecimiento de inteligencia artificial.