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viernes, 24 de enero de 2014

El lenguaje de las plantas.



Flores de Domingo

Más de una década en que cada domingo, después de su paseo matinal en bicicleta regresa a casa con el periódico y un gran ramo de flores.

 

Le hablo y cuento que cuando la casa está en silencio, si perfilas bien el oído puedes oír el suave roce de sus hojas al moverse o ¿es posible que estén dialogando entre ellas? ¿Porqué su lenguaje es tan sutil? ¿Tan dañino es el ruido para los seres vivos?

 

Nos aventajan miles de años de evolución y excepto alguna excepción “la Titan Arum, flor cadáver de tamaño gigante que se la oye emitir un silbido”, el resto de vegetales guarda solemne silencio, pues el  evolucionado sentido auditivo del hombre es incapaz de percibir la colosal acústica que viste la tierra.

 

Empecé a darme cuenta de sus aleteos aéreos y advirtiendo a la familia que emiten ligeros roces audibles al oído humano si guardas absoluto silencio y prestando mucha atención, puedes oír sus popocitos; como estallidos de pompas de jabón; pop, pop, pop, pop, pop, pop.

 

Recitan por la mañana, al mediodía y a la noche, y cuando inician, es como un incitar encadenado animando a las demás. Algunas veces ese suave pop es mayor que los rutinarios y me quedo sin entender qué las llevara a aumentar  ese etéreo popocito delicado.

 

Muchos días andan dialogando no sé qué, vamos, airosas y oradoras con brevitos roces de endulzada voz” hasta que un domingo, al entrar  mi marido directo al salón con el ramo de flores, me percaté que de inmediato “más de diez plantas del salón” callaron (Como si gozaran de visibilidad, vieran talados sus tallos y tuvieran capacidad de sentir sus lamentos).

 

No entiendo cómo pueden sentir la presencia de flores. Sentí de golpe su mutismo y respeto ante la pena de un semejante. Decoramos y adulamos nuestros sentidos destruyendo naturaleza, belleza no exenta de dolor e ira…para que en horas o escasos días, su abatido trance culmine en agonía.


Nenúfar

Un día como otros tantos, mi marido con afán de no verme trabajar en la cocina trajo un arroz con varios ingredientes muy sabroso.

Es una mezcla muy parecida al arroz tres delicias pero superado con creces. Contiene trocitos de tortilla, de ternera, gambitas peladas, verduras, especias etc.… Está muy logrado porque una vez realizada la mezcla lo envuelven en una tierna hoja muy grande recién hervida conservando íntegramente su estructura y flexibilidad, lo cual el calor y vapores de los ingredientes envueltos en la hoja confieren un olor y sabor muy apetitoso.

El arroz en hoja vegetal cuadrada queda envuelto como si fuera un pequeño paquete y finalmente para que conserve el calor y sus cualidades sensoriales hasta su consumo lo vuelven en papel de aluminio agrupando las cuatro puntas de papel bien enroscado preservando de esta manera temperatura y sabor.

Siempre por comodidad tomamos el arroz en la cocina, pero una noche me encontraba viendo un documental que no estaba dispuesta a dejar de ver, así que decidimos cenar en el salón.

Durante mucho tiempo le pregunté a mi marido que tipo de hoja se trataba, pero siempre que se acercaba a por el arroz se le olvidaba preguntarlo hasta que un día, después de comer varios años el sabroso arroz me dijo al llegar a casa - no es hoja de tabaco como creías, son hojas frescas de nenúfar-.

Nunca habíamos tomado el arroz en el salón “parece un mini invernadero, hay más de diez plantas”. Preparo la mesa en descansos, sigo viendo el reportaje y finalmente  desplazo el paquete cerrado de aluminio en un gran plato  llano.

 La distancia del restaurante a casa se encuentra a más de cinco kilómetros y tiene media hora de trayecto andando y una vez en casa tardamos en consumirlo quince minutos. Total cuarenta o cincuenta minutos pasan hasta su consumo.

Esa noche estaban bastante activas, las oía como otros días, pero la originalidad es que no era su hora parlanchina y algo inusual ocurrió.

Al dejarlo en la mesa del salón con su correspondiente envoltura, las plantas de casa emitieron un sonido más audible que otras ocasiones y quedé atónita ante lo que ocurrió inmediatamente después. El acústico “POP” provocó que la envoltura de aluminio que conservaba el arroz se abriera solo, se desenroscara de golpe y expulsara vapor y, acto seguido el plato se quebró rompiéndose en varios pedazos.

No podía salir del asombro, mi marido tampoco. De alguna manera saben y ven, evidentemente perciben. Han desarrollado  técnica de comunicación entre ellas… y es más ¿Cómo podrían reconocer algo que estaba oculto por papel de aluminio?

 Se ha investigado y se sabe que pueden reconocer polen, esencias y defenderse de ataques de aves, insectos y plagas, que se transmiten información y se defienden como pueden. 

 

La hoja de nenúfar que provocara la respuesta de las plantas de casa estaba bien cubierta con papel de aluminio enroscado y sus propiedades aromáticas estaban camufladas por la mezcla de diferentes vapores, arroz y varios ingredientes.

 Y me pregunto:

 ¿Cómo es posible que tengan la propiedad de conocer y sentir la presencia y dolor de su prójimo?

 ¿Qué hace posible que el ser humano viva inmerso en estridentes ruidos durante toda su vida sin verse sujeto de manera permanente a roturas de cristales, lozas, porcelanas diarias?

 ¿Qué fuerzas físicas desencadenan que un breve y suave sonido de muy baja frecuencia “inaudible para gran mayoría de los humanos” de una o varias plantas pueda desencadenar este tipo de acontecimiento?

 

 Poderosa acústica vegetal ¿Qué misterios y propiedades ocultas?