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lunes, 3 de diciembre de 2012

Especie evolucionada.


¿Cómo crees que sería un ser perfecto? ¿Existe acaso humano que reúna todas las cualidades éticas y estéticas, unido a un estado psicológico en permanente  equilibrio, un funcionamiento perfecto del metabolismo, gran desarrollo intelectual y cognitivo y  que además le hagan excepcional  por su capacidad de perdón, bondad y generosidad?

No existe tal ser. Quizás sea complejo poseer todas las virtudes y cualidades y, esa misma complejidad, haga que sea imposible conseguirlo.

Creo que en un futuro, podría ser posible  lograr algunas de las parcelas perfectas del hombre. ¿Si pudieras elegir una de ellas, por cual te todas te inclinarías? 

Creo que la tecnología simplificada, sencilla, perdura más tiempo. Los avances tecnológicos deberían regirse por funcionamiento práctico. Estoy segura que el mundo sería mejor si los sistemas de estudios se enfocaran a desarrollar el potencial de cualidades innatas del individuo. 

Si pudiera elegir, tuviera una segunda oportunidad, volver a visitar mundos iguales o diferentes a los de la tierra, desearía que el planeta en el que viviera se dedicara rica y plenamente "sin límites" a la investigación científica y tecnológica, beneficios no exclusivos para el hombre, sino que la investigación, se aplicara a cada partícula, a cada micra de materia viva que nos rodea. Aquella que de manera permanente contribuye a darnos vida y no pensamos en ella. Estamos plenamente rodeados de seres evolucionados, que ignoramos…sin recabar en su presencia. 

Tendemos a investigar como objetivo principal, ver más allá, lo exterior, salir fuera de la cúpula esfera que nos rodea. Somos intrépidos e inconscientes, muy osados por aspirar a alcanzar cimas inalcanzables, sin aplicar el estudio previo del esfuerzo, ir paso a paso, escalar roca a roca con sus dificultades, hasta alcanzar la cima.

¿No sería más prudente y enriquecedor conocer cada ser vivo que vive en el planeta, cada especie vegetal, comportamiento del agua y la tierra? ¿Por qué no se investigan los sentimientos, la genética e inteligencia de vegetales que durante milenios de evolución nos han acompañado? Si el ser humano invirtiera  sin límites en investigación para conocer  la sensibilidad de las plantas y pudiéramos contactar con su inteligencia…el ser humano daría un verdadero salto revolucionando sus neuronas.

Si pudiéramos entender el lenguaje de los animales…si nos pudieran transmitir su riqueza, lo que guardan sus mentes evolucionadas, siempre paralela a nuestro desarrollo… nuestros conocimientos  serían tales, que vería posible saltar a lugares recónditos, lugares cuya evolución sea diferente a la tierra.

No nos asustaríamos al ver seres diferentes, entenderíamos su adaptación al medio…aunque para nosotros  sus recursos de vida fueran insalubres o inertes.

Si antes de dar el salto, pudiéramos tener recogida  toda la evolución, pensamientos y sentimientos de la materia viviente que nos acompañó perpetuamente, tendríamos tanta riqueza, que consideraría vivir en un planeta privilegiado.

El conocimiento, la sabiduría, el enriquecimiento que da el saber, fortalece más que ninguna otra cosa alcanzada por el hombre y los humanos sentiríamos mayor seguridad  al curiosear el oscuro cosmos que le rodea.

 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Humanos y Chamanes.


Han pasado más de doce años que no coincidimos. Cada diez años más o menos tenemos un encuentro casual y aprovechamos para hablar sin profundizar en acontecimientos que han contribuido y marcado nuestro destino.


Cuando lo vi después de haber pasado tantos años, no lo reconocí, fue él quien me llamó para saludarme. Los años no pasan sin poner su sello: piel gastada, caída de cabello, obesidad, alteraciones de la visión…y aquellas otras silenciosas, que no se ven por fuera “las engañosas” que van haciendo camino en el más absoluto silencio y, un día afloran tocando el tambor. Con lealtad a la élite de alteraciones metabólicas se unen seguidillas, vienen acompañadas, caen en cascada una a una en tonos de sainetes.


Envejecemos, unos más por fuera que por dentro. Sufrimos daño del metabolismo interno y también externo. Nadie se libra, todos caemos antes o después como hojas deshidratadas. Perdemos el agua que nos mantiene frescos, nos deja quebradizos, porosos la piel y los huesos, dejamos atrás esa tersura de juventud y lozanía.

¡Claro! Yo también he envejecido, quizás pudiera ser que tenga más memoria visual que yo, por eso me reconoció al instante en que me vio.

Mira, al final me casé, tengo un hijo de veintitantos años…me divorcié, comenta.

¿Estás libre, te casaste o vives con alguien? pregunta: "Por aquellos años vivía sin pareja". Dice, ¿qué tal si cenamos y hablamos? bien, respondo, me parece bien.

En la cena se desahoga. Guarda resentimiento, se le ve dolido por el cruel trato recibido por su ex-mujer. Descarga ira y rabia. Siente que fue tratado duramente por ella. Le escucho, no puedo hacer otra cosa que dejar que su corazón mitigue parte del dolor que guarda.

Después de haber descargado, sin pretender ofender, sólo cuatro palabras le digo. Calla unos minutos, no me mira ni responde, ¿te encuentras bien? le pregunto. Por un momento creí que se levantaría y abandonaría el restaurante…pero calla, pega un sorbito al vino.

Parece que esté pensando, que medite…sigue sin hablarme. Al cabo de estar minutos en silencio me dice muy serio. No me vuelvas a repetir jamás lo que me has dicho. Lo que acabas de decir, sólo me lo ha dicho otra persona en mi vida; además de tu.

Me cuenta: Viajando en grupo por asuntos de trabajo en un poblado de África, cierta noche comentan los lugareños del lugar, que en un poblado vecino vive un chamán, así que el grupo fue a visitarlo. El principal objeto era conocer, ver de cerca a un ser de prestigio, reconocido por sus poderes. Otro motivo sería la curiosidad, conocer la veracidad de sus videncias o predicciones.

El chamán, en privado fue diciendo a cada uno de ellos lo que consideraría. Cuando le tocó el turno, sólo le dijo las cuatro únicas palabras que minutos antes yo le dijera.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Percepción y sueños.



Creo en la sensibilidad de personas que perciben por algunos de sus sentidos lo que muchos humanos no serían capaces de percibir por más que lo intentaran.

Existen personas de ciertas profesiones entre ellos abogados y juristas que no precisan ver, sólo con oír la voz podrían asegurar la mentira, si existe algún problema grave, si la persona está implicada en algún delito. Otras personas no atienden al oído y perciben a través de los ojos, pudiendo saber si es o no inocente, lo que piensa y siente. Otras personas pueden en plena oscuridad percibir el estado interno o peligro de la personalidad de ciertos individuos a través de vibraciones recibidas. Las hay que a través del tacto pueden intuir aspectos íntimos de la personalidad de la persona. Hay quienes tienen dos o más instintos desarrollados. La experiencia de trabajar años en ciertas profesiones enriquece algunas percepciones alcanzando alto grado de seguridad y certeza en sus sospechas.

También existen personas que nacen con un grado de desarrollo y sensibilidad de algunos de sus sentidos, sin requerir la previa experiencia aprendida. Y hay personas rígidas de evolución y educación que jamás creerían estas capacidades, a no ser que dichas percepciones aumentadas fueran sometidas a costoso experimento, aplicando el método científico.

NO creo posible que nadie pueda predecir el futuro y no creo que Nadie posea tal facultad porque de lo contrario, si hubiese personas con tal poder, el mundo sería otro, no estaría como está. Por tanto No creo en Médiums, adivinadores, tarot y otras afines.

El ser humano obtiene tributos de sí mismo, se regala a sí mismo fantasía. Sucede cuando su estado de consciencia queda libre de ataduras. Sin ligaduras, su lado onírico vuela, se evade de realidades y reproduce su mundo real ligado al breve periodo de los sueños.
Las casualidades de acertar en los sueños ocurren porque los sueños son como el otro lado del espejo. Cuando entramos en ellos reflejan lo que no nos atrevemos a observar en la realidad consciente más cercana. Una vez abres la puerta, los reflejos de esa realidad se pincelan según creatividad, grado de fantasía y grado de necesidad de escapar del mundo real - consciente que nos rodea.

Hay personas que no recuerdan los sueños. Otras recuerdan lo soñado alguna vez. Otras entre las que me incluyo sueñan frecuentemente, algunas veces recuerdas casi todo, otras sólo una fracción de lo soñado, otras recuerdas sólo pequeñas parcelas que olvidas casi al instante de recordarlas, otras sin embargo es como si no hubieras soñado.


No creo que sea una cualidad exclusiva de humanos, seguramente el resto de seres vivos sueñen. No creo posible vivir sin sueños porque soñar significa que estás vivo. Soñar es vivir.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Esferas en el cielo.



He visto un espectáculo impresionante.

A media tarde me encontraba en una terraza de una amplia casa rodeada de amigos. Tomábamos té y...!VOILA!, surgen del cielo varias naves totalmente redondas como si fueran CANICAS de cristal que a los niños ocupa cientos de horas en sus juegos, solo que estas flotan en el aire y se desplazan a una velocidad mayor que el rayo. Van más de seis, forman círculos y se aproximan descaradamente hacia personas para observarlas, parece que estén jugando.

Se acerca una esfera cuya imagen retrata el cuerpo de la tierra. Cubierta de agua azul claro, sus márgenes no terrosos forman líneas de lápiz blanco, separando superficies de continentes, mar y océanos.


Medité los siglos que habrían pasado para alcanzar tal tecnología. Al desear ver su imagen, una se aproxima y mis dedos rozan su mullida esfera, pero mis manos no consiguen traspasar la barrera. En ese momento mis neuronas solo piensan en el poder de su conocimiento, su imagen física, pero no consigo entrar dentro. Desde fuera brota de su interior radiante luz y entonces entiendo que me están hablando. En su interior no hay imagen física, carecen de materia, sus espíritus pueden contactar, pero su cuerpo físico permanece en otra área del universo. Pueden transportar su ser interior a otras áreas del cosmos.


Pensé, que bien, viajar tan lejos sin dañar la materia de sus cuerpos. Estudiar otros mundos, verlos como si estuvieran físicamente en ellos.

Comprendo que protegen mi salud si no entro en su mundo evolucionado. Temen que lo que pueda ver provoque fuerte impacto, pienso…si tenéis tanto avance es fácil para vosotros ayudarme. Intuyo que su avance y técnicas sofisticadas no son aplicables a humanos.


Entiendo que la vida está expandida, como está la luz en la creación y que el querer tapar algo tan evidente no tiene mayor objeto que la ocultación de la verdad para no dar cuentas de tremendas inversiones para colonizar lo que otros seres, hace miles de años hicieron.

Hay un inmenso interés en los humanos que observan a las naves, provocan caos en el tráfico, los balcones y calles están saturadas, quietas miradas calladas… (Lo sabíamos, pero verlo de cerca te deja sin habla).
Terminan por reunirse y marcharse. En ese momento pienso ¡ahora a ver qué bulos pone el gobierno para volver a tapar algo tan real visto hoy por miles de personas! ¿Qué se inventarán de nuevo?







lunes, 3 de septiembre de 2012

CUENTO: Nina (III) La enfermería.



Nina habla muy poco.  Va pasando el tiempo y sigue con retraso en la escuela. Se da cuenta que no presta atención de lo que hablan en clase…aunque lo escucha. Se da cuenta que sabe leer y escribir pero no comprende el porqué ha de memorizar lo que lee para después en corto tiempo olvidarlo.  Nina vive en un universo imaginario de forma permanente, encuentra absurdo retener muchas cosas en la cabeza para demostrar que memoriza lo que hablan en clase. !Que lista es Susi que lo retiene todo! y !que relista es Aba!…la modosita que con las mismas respuestas saca sobresaliente… en Navidad presta su candidez a las monjitas para ser en el Belén la Virgen María.

Aba dejó muy claro, sin mediar palabra a sus compañeras la capacidad “demoniaca” que poseía, todas temían su mirada. Fumaba y “eso era exclusivo de hombres mayores”, Aba con once  años a escondidas siempre de las monjitas no solo fumaba, sino que obtenía dinero de la venta de tabaco. A escondidas vaciaba la botella de vino del cura. Cuando en grupo de dos le tocaba preparar la sacristía, las botellas del vino las dejaba vacías.  Al no confesar su hábito, varias veces la clase al completo tuvo que pagar multa. Nina y las demás estaban al corriente de sus fechorías pero su amenazante mirada demolía cualquier intención delatora. Si alguien hablaba o creía ella ser responsable de mermar sus caprichos, se vengaba sin importarle si era o no delatora ni las consecuencias.

En una ocasión Nina y Ani fueron pilladas en la sacristía del curita. Nina no tuvo más remedio que confesar al ser pillada con los bolsillos cargados de hostias, sin poder hablar con la boca llena. Le gustaban esos pequeños bocaditos que engullía con prisas por temor a que la vieran.

Las monjitas no podían creer que Nina fuera capaz de consumir vino, pero dadas las circunstancias de verla con la boca llena, sin poder hablar, intentaron que ambas confesaran o delataran a los responsables del consumo del vinito del cura. Nina confesó una y mil veces que ella sí consumía hostias pero nunca probó el vino. Todas comían hostias como si fueran bomboncitos, todas menos Aba que le daba al vinito. A partir de entonces las monjitas pusieron mayor control en la sacristía ¿Qué hizo Aba? añadir agua bendita al vino y todo arreglado.

El curita hedonista de exquisito paladar, al primer trago puso cara de Bestia al sentir su  vinito aguado. En misa, primero las monjitas, después las niñas se van enfilando, en el pasillo central se acercan a tomar la comunión y una vez apoyan la rodilla en el escalón tropiezan con el rostro encendido del curita. Le salen las bolitas de los ojos por estar cargados de ira, observa y cautiva los rostros de las niñas. Su voz contundente dice !El Cuerpo de Cristo!… espera oír la voz del "Amen  culpable", que la voz delate a la responsable de "aguar la sangre de Jesús”. (A la que le afloren los mofletes, la de la cara roja será la  implicada en el delito). Las niñas que acuden a misa, tienen que soportar el rostro encendido, acusatorio del curita, todas…menos la angelical Aba.
!Claro! después de vestirse de Virgen María, el rostro cándido, sumiso andar con rubios cabellos rizados, mirada de cordero degollado de ojos azules y arrodillada en el escalón, a la espera de recibir la comunión…aplaca la ira del curita.

Ese mismo día, las monjitas aumentaron los controles…y Aba tuvo que abstenerse de tomar su vinito. Aba  mortificó su abstinencia vengándose de las primeras que  fueran pilladas y que provocaron los controles en la sacristía.  

Una noche, cuando Nina dormía, Aba acompañada de coleguillas se aproximaron a su cama. Ella inocente de cuanto se tramaba, se despertó al oír las voces que la rodeaban ¡Nina! ¡Nina! abre la boca y Nina que no conocía ni  esperaba ver de cerca la maldad, la abrió.  Nina estuvo un mes ingresada en la enfermería…junto a su compañera que en tres días se curó. Nina sufrió fiebre de más de 40º que tardó tiempo en remitir. Los días previos a la venganza de Aba, Nina estaba enferma de faringitis, esa noche al abrir la boca le arrojaron pimienta negra molida, motivos que la llevaron a estar encamada en estado grave durante mucho tiempo.

Aba tenía deseos de dominio, de poseer todo cuanto deseaba de las demás. En el dormitorio, una vez tocaba silencio no se levantaba nadie ni se oía el menor ruido y era Aba la que pasado un tiempo se levantaba y se paseaba por las camas de sus amigas, emitiendo ruidos extraños que mucho tiempo después Nina sabría identificar.

domingo, 15 de julio de 2012

Volar es posible.


Esta semana adormecí varios días seguidos, pero al levantarme me resultaba imposible su recuerdo. Me he dado cuenta que si al despertar memorizo el sueño, mantengo su recuerdo durante el día. Si por el contrario no consigo retraerlo al momento del despertar ya resulta imposible recordarlo.

Hace años, conseguía retornar, volvía al momento exacto donde quedó la ensoñación de días atrás. Me llevaba tiempo. Tenía que persistir en sus recuerdos…hasta que caía dormida y volvía a entrar al mismo sueño. La práctica funciona. Cuesta porque te has de concentrar justo en el momento en que tu organismo intenta relajarse. No vi otra forma de volver a abrir las puertas al mismo sueño. Pese al entrenamiento, no siempre consigues entrar, aunque funcionó varias ocasiones. Hoy esta práctica no la ejerzo, es mucha energía la que utilizas para ser sólo sueños, la vida no cambia, así que ¿para qué tanto esfuerzo?

Anoche me encontraba en el asiento de lo que parecía ser una extensa espesura. Su centro estaba dividido por un serpenteante y caudaloso río. Los montuosos que la cubren son de enorme altitud. Su roca roja y ocre embellece el vasto valle resaltando sus verdes riberas de limpias aguas azules. Me pareció sentirme en Arizona en EE.UU. en el Gran Cañón de Colorado “que no conozco” Junto al río, rodeada de montañas titánicas…sentí estar acompañada.

Intenté franquear fisuras, heridas en las piedras, observar silenciosamente los enigmas que atesoran las entrañas de la tierra. Su macizo rocoso es fuerte como el coral y muy poroso. Tengo la sensación que van a caer sus paredes por el leve aire que mueve mi cuerpo al atravesar sus reservados muros. Hay inmensas salas, vestidas de afiladas armas. Puñales, espadas y lanzas se lucen de apretadas sales, dejando fluir sutilmente la fría humedad.

La penumbra proyecta infinitos reflejos en su propio escenario de marionetas sumidos en la oscuridad. Armados, alzan amenazantes empuñaduras de etérea luz, parecen decir;  "cuidado" no te adentres.

También hay salas donde parece que la humedad en sus rocas esté prohibida. Son de tierra seca, arenosa, fina y evaporada. Parecen estar vestidas con suaves arenas del Sáhara. Al igual que las cuevas de armaduras punzantes que manan del techo, guardan matices similares de colores rosas y múltiples tonos cobrizos.

Me veo invadir una caverna arenosa, allí dormitaremos quedando al abrigo de la afilada temperatura y tenebrosa noche. De pronto, en sueños me veo aletear ”ya intenté volar en algún que otro sueño y desperté sin alzar el vuelo al caer de golpe amortiguado en la cama". Anoche vi elevarme de nuevo sin conocer la pócima que hiciera realidad lo que tantas veces antes fracasara consiguiendo alzar el vuelo. Experimenté un intenso frío que recorrió todo mi cuerpo al atravesar las altas nubes del océano Atlántico. Pude ver la inmensa masa de tierra del continente Americano casi segmentada por la cintura frágil de su centro.


Estando en lo más alto hay un momento en que pienso que pueda ser alimento de otras aves. Desconozco que tipo de ave soy pues no me puedo ver, vislumbro plumas blancas. Mi tamaño no debe de ser muy grande porque de lo contrarío no tendría temor a ser atacada. Pienso que también en la tierra hay riesgos, que el peligro no es mayor…y asumo mi destino sin llegar a pisar mundo, porque con los ojos cerrados, mis oídos permanecen despiertos y oigo hablar bajito... a un pequeño grupo de personas pequeñitas que me han formado cerco...les oigo decir; tiene los brazos abiertos y su cuerpo está rígido como un palo, no la despertéis que podéis hacerle daño. Dicen que a los sonámbulos hay que dejarlos tranquilos, si acaso es preciso sacarles del peligro, guiarlos cogiéndoles de la mano.

miércoles, 11 de julio de 2012

Premonición de los sueños.



Habrán pasado  cuatro, quizás cinco años, era Domingo. Por lo general el día festivo es para  salir, respirar  aire fresco, el  mismo que horas antes exhaló y respiró  el verde suelo que cubre montes y cielo. Eso era al menos nuestra pretensión aunque después según  circunstancias vas haciendo.

Al despertar, sin habernos levantado le resumo el sueño. Era tan reciente y tan breve que se lo conté entero.

Mira…nos hemos visto perdidos, sin saber a dónde íbamos. Después  vi que estábamos sentados en casa de alguien conocido, su voz masculina me resultaba familiar, pero no puedo recordar donde estábamos, ni su rostro, ni si había alguien más, sólo sé que su voz dijo: ¡Tu padre ha muerto!

Dos horas más tarde, ese mismo Domingo,  salíamos a dar una vuelta…y sin saber que pasó "posiblemente  estábamos hablando y no pusimos los ojos donde debíamos" porque nos equivocamos de autovía.

Aprovechando el error, decidimos acercarnos al pueblo, ver a amistades y escasos familiares, vínculos no olvidados.

Primero  visita,  ronda  casa por casa, comer, hablar y dialogando... surgen esas cosas raras, pasa el mundo de los sueños a los hechos. Miguel refiere, ¿qué sabes de tu padre? Contesto que no sé nada desde la última vez que supe de él y contesta: Tu padre ha muerto.

Mi marido que nunca antes había creído en casualidades,  tiene mujer que sueña y acontece. Qué carita puso, aún sonrío cuando la recuerdo. ¿Cómo se puede acertar con los sueños?

Después, por último, antes de partir queda vagar por los recuerdos y realizar el mismo paseo que tantas veces me llevara a la Iglesia, que está en el centro de la plaza del pueblo. Recuerdo ir vestida de fina seda verde, hilada por las finas manos de mi abuela, para ir a Misa Domingos y días de fiesta.

Olfateo  sus calles, antes eran terrosas, ahora las cubre el alquitrán…"me alegra ver en su pulido asfalto bolitas redonditas que dejan los rebaños al volver de su paseo"…!cuanto me alegra ver ovejitas  y cabritas…te dices por tus adentros!, añoro esta tierra de buenas costumbres que  guarda en sus  aires  olores viejos.

La higuera de la carretera que baja al pueblo aún vive, sus  jugosos higos se deben a la soledad que agudizó su esencia para no sentirse sola, cautivando a viandantes con el néctar de sus frutos. Guarda aroma dulce y en su base de tierra hay sonata de zumbidos, insectos borrachos empalados de jugo. También es menú de gorriones y otras aves que acuden  a la fresca, cuando no aprieta el calor, para alimentar las hambrientas bocas de sus nidos.


!Cuanto echo de menos el pueblo!.Si pudiera, compraría la casa de los abuelos…pagaría cualquier precio. Ahora la habitan seres ajenos !ojalá fueran familia para poder sentarme en su corral y bañarme en un barreño! Tendría animales, los mismos que tuvieron los abuelos. Volvería a plantar la pasionaria y rosales blancos y plantaría de nuevo  el melocotonero  que había en el centro. Recuerdo sentir morirme  cuando un verano en vacaciones,  vi serrado su ostentoso cuerpo. DIOS MÍO ¡ABUELOS, QUE HABÉIS HECHO! Era sólo un hermoso melocotonero cargado de olor fresco y frutos de miel que cubrían sus maderos.

miércoles, 4 de julio de 2012

CUENTO: Nina (II) La primera comunión.


               
Nina fue creciendo en un mundo donde colores y formas daban sentido al paso de sus días. Ese mundo de  niñez solitaria, carente de todo afecto fue vivida cargada de fantasía.
Su mundo era tan pequeño, tan insignificante y a su vez tan enorme que vivía sumergida en sensaciones e ilusiones que en  cada despertar  la tenían absorta.

Nina se refugiaba en aquello por lo que se sentía atraída: acumular pequeños objetos de color: hojas secas, múltiples hilos de colores, restos de telas que arrastraba el viento de las costureras con diferentes texturas, dibujos y matices. El grato olor que desprenden los cuadernos y las gomas de borrar cuando son nuevas, el suave tacto de los lápices al estrenarlos, en especial se sentía feliz cuando podía comprar una caja de lápices de colores Alpino.

Nina, franela y algodón
Nina siente su primer contacto de ternura al sentirse arropada por suaves franelas y tierno algodón, especialmente cuando estrena  pijamita y ropita interior. Espera una, quizás dos veces al año poder estrenar algo nuevo de roce tierno que le aporte caricia y calor.

Nina se confiesa
Nina recibe clases del Cielo, del Purgatorio y el Infierno, debe conocer el pecado, debe evitar a partir de ciertos años pecar. Se ha de preparar, debe recibir la primera comunión limpia de todo pecado, meses antes se ha de confesar.  

La primera vez que acude al confesionario tras decir el "Ave María Purísima" y contestar el padre "Sin Pecado Concebida" no sabe qué decir, así que tras un rato de silencio el padre es quien  habla y pregunta que es lo que viene a confesar, pero Nina dice que no tiene nada que contar. Arrodillada, a través del enrejado el Padre va diciendo pecaditos para que se identifique y diga si recuerda haber cometido alguno. A partir de entonces Nina sabrá que decir cuando las monjitas la envíen al confesionario. Después de estar arrodillada largo rato salió limpia de todo pecado, con algún que otro Padre Nuestro que rezar y que Nina nunca rezó.
Las demás veces sería más rápido y fácil al tener que inventarlos. Nina a su corta edad no conocía realmente el significado de pecar. Ni en sus actos ni en los que la rodeaban veía maldad. Sus confesiones serían similares a; me he encontrado una goma de borrar y me la guardé; no me he comido las judías blancas y las he ido pegando bajo la mesa del comedor; me fui del examen diciendo que me encontraba mal; me he reído de la monjita mayor que no ve bien y mira al hablarme donde no estoy, me hice pipí en la cama…etc. etc.

Nina toma la Primera Comunión
Como todos los niños la toman al vivir inmersa entre bloques y paredes de techos altos llenos de reliquias, incienso y sermón, Nina toma la Primera Comunión y estrena solo calcetines de algodón. Se siente herida y durante la misa, cantos y sermón no para de pensar más que le faltan los paños nuevos que cubran su interior.

Es vestida con traje y zapatos  blancos que ha de devolver cuando terminen de cantar el coro y tocar el orfeón. Los trajes y zapatos fueron regalados a las monjitas gentes de mucha holgura para ser usados  sólo unas horas en la Primera Comunión. Todo lo que recibe Nina es usado, todo, menos los calcetines blancos de algodón.


Nina estrena zapatos
Uno de los mejores regalos que cree recibirá más tarde, son unos zapatos nuevos. De todos, dos pares le están bien, uno deportivo y el otro de charol. Los bonitos de charol las monjitas se lo regalan a una niña de tiernos ojos azules que encima no toma la Primera Comunión. Sus ojos y  largo cabello rubio impiden a las monjitas ponerle zapatos marrones de cordón. Sienten debilidad, su rostro y rasgos son de Virgen María y debe vestir reluciente, como los Santos y claro…¡le van más los zapatos de charol! Nina no tiene el rostro de María, es morenita de oscuros ojos verdes. Pasa el día enfadada porque lleva calcetines finos de algodón con bastos zapatos marrones, de oscuros cordones…nada finos para lucir un día tan especial.


martes, 3 de julio de 2012

Zapatos viejos.

Anoche vi cientos de zapatos raídos, añejos, diferentes por edad y sexo. Agrupados sin casar formaban alta montaña de calzados viejos. Comprendí que aquellos  pasos vividos, ahora son olvido, huellas de los que ya partieron.

Tierra y polvo de camino sujeto al paso erguido, dejan entrever aquellos años, un recuerdo, pegado a la suela del olvido. Es polvo terrenal, sendero etéreo y fugaz de elementos que dieron forma  y movimiento a lo vivido.

Entre ellos, vislumbro un par de botines nuevos. Alguien se apresuró a partir sin cubrir sus pies desnudos. Cuando intento alcanzarlos, los cordones rompen su unión de hechizo y queda uno disponible para poder llevarlo conmigo, pero no puedo cogerlo, no me serviría solo uno.


Junto a la montaña de sandalias hay un zapatero  de ojos vidriosos, añosa lente, tez arrugada y porte muy viejo. Trabaja el zapato que me falta y espero a que termine  para poder coger el calzado refulgente. Con mirada sabia sus ojos dicen lo que el corazón piensa y siente…aún no llegó la hora de quien ha de vestir estas suelas relucientes, el caminante que lo calce debe llegar al final de sus albores.

domingo, 24 de junio de 2012

CUENTO: Nina (I) Los Reyes Magos.



Los cuentos se guardan en rinconcitos profundos dentro de nosotros. Los recuerdos, son guías de viaje hacia un mundo mágico, nuestro, donde es posible vivir aventuras y alcanzar deseos.

Antes…hace mucho tiempo Los Reyes Magos llegaban de noche. Venían tan cargados de juguetes que se transportaban en enormes camiones, y en aquellos lugares donde no había, las alforjas de burritos se cargaban de paquetes, repartiendo casa por casa en una sola y larga noche a cada niño un solo juguete. Por aquel entonces daba igual que los Reyes Magos vinieran cargados con cientos de regalos, siempre tocaba a uno y cada paquete llevaba escrito el nombre del niño a quien iba destinado.


Nina, Navidad en el cole
Nina recordaba recibir su primer regalo de Reyes Magos de Navidad en el colegio. Cada año, un mes antes de que se acercara la fecha, daban aviso a los niños para que fueran pensando que deseaban. No podían pedir más que uno, por tanto debían someterse a profundo análisis, no podían equivocarse, debían tener muy claro su deseo, de lo contrario debían esperar la llegada de su regalo en la próxima Navidad.

Los paquetes venían envueltos en bellos papeles de múltiples colores, dibujos y formas. Nina sentía dolor abdominal al verlos rotos y arrugados, recordaba las infinitas veces que tuvo que contenerse de ir corriendo a salvarlos de la papelera. Al no ir a por ellos, los memorizaba. Más tarde proyectaba su mente y dándoles vida creaba su escenario de luces, dibujos y colores como si fueran marionetas.


Nina y los Reyes Magos
Nina recordaría siempre el día que recibiría por primera vez a los Reyes Magos. En el gran salón se agruparon cientos de niños y uno a uno al llamarlos por su nombre, se iban acercando a recoger su paquete y dar las gracias… también un beso en la mejilla al Rey Mago.

El que llevaba el regalo de Nina era un gigante de pelo blanco y gran barba rizada. Llevaba una corona dorada y vestía brillante tela. Su potente voz dijo en alto su nombre.

Que un ser mágico le hablara y regalara lo anhelado, convertía ese instante en celestial. Temblorosa ante la voz masculina se acercaba despacio a recoger su regalo. Entonces una fuerte emoción la cubría haciéndole temblar las piernas con riesgo a caer en el corto paseo a la tarima. Más que recogerlo, la afligía oír y ver escrito en el papel de su regalo, para Nina.

Nina se quedaba hasta el reparto final, ¿Qué haces aquí?, le preguntaba la monjita ¿es que no deseas ir a jugar con tu muñeca? a todo decía sí, pero seguía sentada, no se levantaba de la silla.

Cada año su objetivo era ver si los juguetes y repartos cuadraban. Todos los niños salían rápidos del gran salón al momento de recibir su regalo, pero Nina, una vez lo recogía, se quedaba sentaba hasta el reparto final, por si acaso quedaba algún juguete por repartir, alguno olvidado o dejaran parte de algún juguete (caballito, indio, un neceser de muñecas), algo más que llevarse, pero nunca tuvo suerte, ni halló juguete suelto ni juguete roto.

Nina cada año cuando se acercaba Navidad y la monjita decía ir pensando lo que queréis pedirle a los Reyes…Nina no tenía que pensar lo que deseaba porque siempre lo supo, siempre deseó lo mismo. Los primeros años las monjitas no se atrevieron a contradecirla al verla tan segura, por tanto trasmitían su petición a los Reyes Magos y año tras año, hasta tres veces trajeron su demandada caperucita roja de trapo.

Esponjosa…confeccionada en tela. Su cabecita y cuerpecito tupidos, vestida de algodones blancos y suaves lanas rojas. Sus delgaditas piernecitas las abrigaban medias de punto con aros de colores. Sus lindas zapatillas de paño grueso color granate, tipo duende, cubrían sus frágiles talones y pequeñitos pies. Llevaba una pequeñita gorra de oscuro paño cobrizo que cubría el frontal de su linda cabecita. Su suave cabello rizado castaño oscuro lo recogían dos largas trenzas que le llegaban a la cintura atadas por rubios lacitos de raso. También llevaba un pequeño delantal color calabaza con dos bolsillos a los lados y de su bracito derecho colgaba una pequeña cestita  marrón color tierra. Era perfecta, lo tenía todo.

Al ser toda de tela era maleable, no pesaba nada, se podía lavar, doblar, llevar a cualquier parte, esconderla en cualquier rincón, llevarla contigo bajo la ropa interior y sobre todo meterla contigo a la cama. Daba igual que durante noches sufriera apretujones y contorsiones, a la mañana siguiente estaba nueva y no dejaba moretones.

Nina añoraba a su amiga fugaz…los Reyes venían por unos días y se los llevaban rápido. No entendía cómo desaparecía su muñeca sin dejar rastro a los pocos días de tenerla en su regazo. Al no poder disfrutarla, año tras año veía la necesidad de volverla a pedir hasta que la cuarta vez que las monjitas le oyeron mencionar de nuevo la muñeca roja se plantaron y le dijeron que NO. Puedes pedir cualquier juguete, cualquier otra cosa, otra muñeca diferente, otra, pero no a caperucita roja.


Nina enmudece, clama su regalo
Nina se sintió perdida. Al oír que no obtendría su deseo, dejó de hablar (y eso que Nina hablaba muy poco). Quedó muda, no emitía palabra ni pedía nada. Iban pasando los días y Nina callada, así que las monjitas insistían varias veces pues se acercaba la fecha. Al final, al sentirse asediada pues las monjitas no querían que se quedara sin regalo, aprovechó la insistencia y después de varios días sin hablar soltó con firmeza “quiero una caperucita roja de trapo”, y otra vez de nuevo las monjas se la denegaron.

La monjita encargada de recoger dinero para apadrinar niños en África, se acercó a hablar con ella, convencerla para que eligiera otro juguete. Ese año Nina había apadrinado una niña a la que había puesto su nombre. Enojada, sin desear nada más que su muñeca de trapo, en un arrebato, sin saber porqué pidió una muñeca negrita como las estampitas del Dómund.

Cuando llegó el día y el grandullón Rey Mago vestido de raso largo y corona de joyas dijo en alto su nombre, Nina, al ir hacia la tarima para recogerlo cae al suelo y le fallan las piernas al ver en sus manos una caja grandota. Recordaba muy bien el tamaño y forma de la cajita de caperucita y guardaba la esperanza de volverla a ver. El paquete que llevaba el Rey Mago superaba en cinco veces el tamaño esperado.

Las monjitas optaron por encargar la muñeca grande al no encontrar una negrita. 
Cuando Nina abrió la caja se sintió en total desamparo. La muñeca tenía el tamaño de bebé de varios meses, regordeta y cabellos rizados. Si al menos hubiera sido blanda toda ella…pero no, además de ser tan grande como Nina, su cuerpo frío y duro le impedía llevarla todo el día con ella y sobre todo, meterla en la cama, aunque la podía sentar y movilizar los brazos.

Nina salió llorando del salón donde daban los regalos, dejando la pepona sentada en su silla. Las monjitas fueron detrás para hacerla ver que era bonita, pero su tamaño, rigidez y frialdad de la piel la hacía ver más decorativa que amiga…El tacto que ella necesitaba no la hacía idónea para llevarla con ella, sentirla, besarla y estrujarla, detalles carentes de valor para las monjitas que nunca se percataron de nada. Muchos juguetes desaparecían a los pocos días, antes que los niños los marcaran en sus juegos.

Otras niñas se encontrarían en la misma circunstancia que Nina, y posiblemente pidieran alegremente otro juguete, pero ella a falta de poder disfrutar de su muñeca de trapo durante tres años, la añoraba cada día más, especialmente por las noches.


Nina regala su pepona
La nueva muñeca de Nina llamaba la atención por su tamaño, además, no sabía cómo actuar ante una muñeca rígida y pronto las monjitas se dieron cuenta que no la hacía caso.

Un día se acercó una monjita a hablar con ella y Nina aprovechando su dolor se la regaló. No es que fuera generosa a su corta edad. Los niños que apenas tienen regalos no regalan lo poco que poseen, más bien se aferran a lo único que tienen pero Nina herida y en respuesta a la actuación de las monjas, se la ofreció. Ésta le decía ¿qué quieres que haga yo con ella? Yo soy mayor y ella necesita a alguien más pequeño… como tú que juegue con ella, dime ¿qué puedo hacer yo con ella? y la pequeña que era muy práctica para su corta edad dijo: en el rincón del pasillo al comedor quedará bien.

Nina no sabía entonces que su acto le llevaría a largo y penoso dolor que le llevaría años superar. "falta de psicología de las monjitas que no rebatieron su decisión" sentándola en el rincón que dijo Nina y allí, la pepona fue testigo muda de cientos de paseos de riguroso orden de dos filas y absoluto silencio hacía el comedor de las niñas.

Nina, entonces se dio cuenta a su corta edad que si regalaba a alguien algo no podía retroceder o revertir su acto. El hecho de que algo que fuera suyo, estuviera fuera de su alcance día tras día, fuera objeto de miradas y ser tocada por otras niñas provocó en ella una profunda herida. El paseo al comedor era paso obligado por ser el único y éste debía recorrerlo tres veces al día, seis veces en total contando las vueltas.

Viéndola más que si la hubiera tenido con ella, ser objeto de otros ojos, la muñeca siempre sola, sentada en una tarima, sin cambio de ropa, sin lavarla y sin peinarla la mortificaban. Sus sentimientos hacia ella fueron cambiando, sintió pena de su pepona, ver su vida apagada, sin dueña, sin haber tenido siquiera ama que la abrazara.


Nina retrocede a parvulitos
Nina a falta de estímulos que le abrigaran y dieran calor, sin avanzar en la escuela, repitiendo año tras año fue bajando de nivel hasta volver a estar en parvulitos.


Tanta añoranza la llevó a los años del chupete. Nina, a los nueve años tenía el pulgarcito de la mano derecha deformado. Su consuelo a escondidas durante el día y aferrada en las noches era chuparse el dedito gordo de la mano.

jueves, 24 de mayo de 2012

El espía.



Encima de una mesa pequeña vi tres carpetas de tamaño Din- A4 cada una de un tono diferente. Entendí que el color se debía a que venían de diferentes entidades. Abrí una de color marrón claro, eran informes personales, supe que eran míos.  Hablando con alguien sin poder visualizar pregunté ¿qué hacen estos informes aquí? No están protegidos la vida y  los datos  de las personas?

Contesta: Sí, lo están a nivel Institucional, pero a no a nivel personal, pagando lo que fuere se puede obtener de alguien todo. Y ¿dónde queda la privacidad y derechos de los usuarios? A nivel oficial siempre se te dirá que están protegidos, que siempre están resguardados. La realidad es que no es así, siempre hay “personas” donde su poder llega a divisar la vida personal e íntima de los demás.  
Entonces como en película rebobinada me situé en momentos atrás de mi vida, como si retro-activaras imágenes de una cámara fotográfica…y sorpresa, la retro-activación se detuvo en dos momentos muy distantes uno del otro. Recuerdo haberlo visto en alguna ocasión en la que sintiéndose seguro se acercó lo suficiente para que su rostro intruso quedara archivado en el subconsciente.
Entonces recordé su imagen. Varón de mediana edad de raza blanca, delgado. Por la edad tiene algunas arrugas. Sus ojos marrones claros hacen juego con su piel clara y pecosa. Su pelo fue maleable y ocre, ahora sus años dan rigidez al color claro mezclado de canas. Su talla no supera 165 -170 cm de estatura.
He sentido que carece de vida propia. Su vida la componen otros.
Los otros están inmersos en sus problemas, ajenos a la vida ajena. Vida inmersa en lucha diaria…suficientes para tener la mente ocupada de forma permanente.
Pensé; mejor es ser investigado a ser el protagonista oculto en la vida y corazón ajeno.

jueves, 5 de abril de 2012

Las lágrimas del mar.


Ayer mi marido me regaló un pequeño paquete envuelto en papel claro aterciopelado muy suave. Abrí el regalo y era un pequeño colgante en forma de lágrima.  Enseguida busqué cadena para colgármela y sin recordar que debía quitármela para dormir, fui a la cama con ella. No sé porqué soñé anoche con su regalo.

Durmiendo sentí agua en mi pecho. Veo que mana de  la lágrima, es llanto sin anclar, es agua salada, agua de mar. Me hallo sumergida y resistiéndome a que fuera verdad, aferrándome a que sólo fuera un sueño renuncié a ver que realmente me encontraba surcando una marisma de paz.

Al sentir que  mi cuerpo se movía, abrí los ojos y me vi nadar sin rumbo ni sentido en busca de orilla terrenal.
Entre aguas cálidas, placenteras sonrío al ver su juego envuelto de burbuja y gorgoteo. Finalmente su bravura aislada busca orilla y allí esparce sus faldas blancas buscando calma y suave aterrizar. Cubierta de espuma emerjo del tranquilo hogar.

Al sentarme frente a frente son las lágrimas quienes entre tinieblas y susurros hablan de la salinidad de su mar.

sábado, 31 de marzo de 2012

Ana.



 
Hacía más de dos años que no tenía noticias de Ana, una entrañable amiga. Nos conocimos preparando oposición con el objeto de obtener una plaza fija como  funcionarias del estado.  Enseguida nos unió  fuerte amistad. Durante el trayecto de mi vida,  dos personas  he conocido que tomaran apuntes de clase con arte, rapidez y destreza. Daba gusto ver sus apuntes…a diferencia de los del resto de la clase. Finalmente copiábamos sus apuntes toda la clase porque además de tomar cada punto y coma los resumía, de manera que evitaba el resumen final que todo alumno realiza para poder engullir la barbaridad de temas de estudio para tal fin.  
Con licenciaturas de Antropología,  Filología  y Filosofía y Letras optaba al igual que miles de personas a tener una estabilidad económica aparcando sus estudios por la Ley de incompatibilidades de las administraciones Públicas. La obtención de un puesto de funcionaria significa la exclusividad en tu puesto de trabajo. No siempre es así, pero sí lo es en la mayoría de los funcionarios públicos. Ana siguió estudiando y tanto ella como el resto de  clase hoy son funcionarios.
Como decía, nos conocimos hace mas de  15 años y hacía dos que no sabía nada de ella. Desde que consiguió la plaza su objetivo fue salir y conocer mundo con su actual marido que también obtuvo plaza de funcionario en otra administración del estado. Las vacaciones, puentes y escapadas de fin de semana la empleaban en  viajar y disfrutar para compensar los duros años de estudio. A veces pasaban meses sin podernos ver,  finalmente nos poníamos al día, buscábamos un hueco para hablar y vernos. 
Dos años sin saber de ella era mucho tiempo y la preocupación de saber cómo estaba me llevó su imagen al mundo de los sueños. La vi  ingresada en un hospital. No podía saber con certeza lo que pasaba, pero estaba mal, tenía problemas con un embarazo, vi que era una niña.

A la mañana siguiente como cada despertar, le hablo a mi marido de Ana y le cuento el sueño. Me dice llámala y si no contesta a tu llamada le dejas un mensaje y eso hice una vez que tomé el desayuno.
Aún no hube dejado el escritorio de revisar los correos cuando recibí su llamada.  No quiso decirnos nada para no preocuparnos. Hacía más de un año que intentaban tener  familia.  Dos veces hubo esperanzas y ambos  casos no prosiguieron. Hacía unos días que había perdido a la niña que esperaba. Estaba en reposo tras la vuelta del hospital.   Ana  estaba agotada, desanimada. Perdió la ilusión, pensaba que no quedaban fuerzas, que su cuerpo no las hallaría para una vez más intentarlo de nuevo.

Poco tiempo  después  soñé de nuevo con ella. En la imagen daba de comer a un niño al que distraía con juguetes de papel.  Le llamé por teléfono y le conté de nuevo el sueño. Ella sentía firmemente que no tenía nada que hacer. Le dije, que entendía  su dolor, pero que dejara pasar el tiempo, que había soñado  que tenía familia, vi darle de comer a su retoño.

Para mí fue claro que sería madre, era cuestión de tiempo. Pasaron unos meses,  Ana volvió a quedarse embarazada. Hoy  Ana y Carlos son padres de una hermosa  parejita.