www.relatosdepatricia.blogspot.com

miércoles, 21 de marzo de 2012

Tsunami en el mediterráneo.

  Anoche en sueños presencié un tsunami.  Veía a la gente correr en  dirección contraria, venían hacia donde yo estaba. Pregunté qué pasaba, porqué esas prisas, de qué huían y ninguno se paraba a avisarme del desastre. Pasados unos segundos, una señora mayor me dijo; corre, no pares, métete en la primera finca que puedas y sube a la terraza. Apenas terminó de hablarme vi acercarse una enorme nube grisácea. Eran  olas de más de diez metros de altura que en su entrada furiosa engullía de manera  mordaz  todo cuanto se cruzaba.  Miles de objetos  de arrastre parecían darle la consistencia  de denso batido carbonizado.

Cuando conseguí abrir de un empujón la puerta de una finca,  subí a la azotea acelerada al ver que tras de mí se iban sumergiendo cada rellano de oscuros fluidos de implacable rigor y dureza. Desde el ático pude ver a algún superviviente de la tragedia. Ninguno de los que estábamos presentes pudo imitar gesto o vocablo ante colosal catástrofe.

Vino sin avisar. Nadie predijo que esto pudiera ocurrir. Las faldas de la tierra que rodean Italia bailaron pasos fuertes, de gran taconeo que hicieron temblar las aguas de su suelo.

Días antes se habló de terremotos, pero no se predijo que la magnitud de tales seísmos pudieran alterar  las pacíficas orillas del otro lado del mediterráneo.

Al despertar de nuevo, como cada mañana le cuento mi sueño. Y  dice; tranquila en nuestro litoral no suelen ocurrir estas calamidades, más bien ocurre en océanos con determinadas características, pero no aquí.

No obstante, una vez se va al trabajo realizo búsquedas en Internet. Dice que hay riesgos de que ocurra (hay controversias entre expertos). En el pasado ocurrió aunque es poco probable.