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jueves, 24 de mayo de 2012

El espía.



Encima de una mesa pequeña vi tres carpetas de tamaño Din- A4 cada una de un tono diferente. Entendí que el color se debía a que venían de diferentes entidades. Abrí una de color marrón claro, eran informes personales, supe que eran míos.  Hablando con alguien sin poder visualizar pregunté ¿qué hacen estos informes aquí? No están protegidos la vida y  los datos  de las personas?

Contesta: Sí, lo están a nivel Institucional, pero a no a nivel personal, pagando lo que fuere se puede obtener de alguien todo. Y ¿dónde queda la privacidad y derechos de los usuarios? A nivel oficial siempre se te dirá que están protegidos, que siempre están resguardados. La realidad es que no es así, siempre hay “personas” donde su poder llega a divisar la vida personal e íntima de los demás.  
Entonces como en película rebobinada me situé en momentos atrás de mi vida, como si retro-activaras imágenes de una cámara fotográfica…y sorpresa, la retro-activación se detuvo en dos momentos muy distantes uno del otro. Recuerdo haberlo visto en alguna ocasión en la que sintiéndose seguro se acercó lo suficiente para que su rostro intruso quedara archivado en el subconsciente.
Entonces recordé su imagen. Varón de mediana edad de raza blanca, delgado. Por la edad tiene algunas arrugas. Sus ojos marrones claros hacen juego con su piel clara y pecosa. Su pelo fue maleable y ocre, ahora sus años dan rigidez al color claro mezclado de canas. Su talla no supera 165 -170 cm de estatura.
He sentido que carece de vida propia. Su vida la componen otros.
Los otros están inmersos en sus problemas, ajenos a la vida ajena. Vida inmersa en lucha diaria…suficientes para tener la mente ocupada de forma permanente.
Pensé; mejor es ser investigado a ser el protagonista oculto en la vida y corazón ajeno.