Hay lugares que no necesitan nombre para existir. Este blog es uno de ellos. Un rincón pequeño, casi secreto, donde las palabras se despliegan despacio, sin vértigo ni ruido. Aquí no se espera nada… y por eso todo puede suceder. Relatos, pensamientos, fragmentos del alma: no tienen intención de explicar, solo de acompañar. Si has llegado, tal vez te sientas como en casa. Puedes quedarte cuanto quieras. Este espacio no exige, solo ofrece.
Es un camino sin mapas guiado de suave luz.