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viernes, 14 de noviembre de 2025

El futuro ya está aquí

 Se pone a la venta un robot doméstico financiado por ChatGPT  "Fuentes: Diario AS" 

El futuro ya está aquí: se pone a la venta un robot doméstico financiado por ChatGPT capaz de hacer tareas del hogar...y leyendo la noticia me pregunto: ¿no deberían los gobiernos de favorecer estos robots a mujeres que padezcan artrosis como parte de una política de reparación y prevención? en cierta medida los gobiernos son responsables de esta dolencia por no haber puesto mecanismos educativos y preventivos para evitarlo.

La artrosis afecta principalmente a mujeres al estar ligadas durante décadas a una  sobrecarga física no reconocida, lo que convierte esta tecnología en una herramienta de justicia social, no solo de comodidad.

El robot NEO: una oportunidad para la salud y la equidad

El robot doméstico NEO, desarrollado por 1X Technologies y financiado en parte por modelos de IA como ChatGPT, ya está disponible en el mercado. Este asistente humanoide puede realizar tareas como limpiar, ordenar, regar plantas, cargar objetos y más. Su diseño apunta a aliviar la carga física cotidiana, lo que lo convierte en una herramienta potencialmente transformadora para personas con movilidad reducida o enfermedades articulares.

Artrosis y responsabilidad estructural

La artrosis en mujeres no es solo una enfermedad degenerativa: es el resultado de décadas de trabajo físico invisible, especialmente en el hogar. Los gobiernos han fallado en:

  • Educar sobre prevención musculoesquelética desde edades tempranas.
  • Reconocer el trabajo doméstico como factor de riesgo médico.
  • Promover la corresponsabilidad en el hogar como política pública.
  • Garantizar acceso equitativo a tratamientos, ejercicio adaptado y compensación hormonal.

Esta omisión ha contribuido al desarrollo masivo de artrosis en mujeres, que ahora enfrentan dolor crónico, pérdida de movilidad y dependencia funcional.

 ¿Por qué subvencionar robots domésticos?

  • Como medida de compensación estructural: Reconocer que muchas mujeres padecen artrosis por falta de prevención institucional.
  • Para preservar autonomía: Evitar que la única solución sea la artrodesis, que limita la movilidad de por vida.
  • Para reducir costes sanitarios: Menos intervenciones quirúrgicas, menos dependencia, más calidad de vida.
  • Para promover equidad tecnológica: Que la automatización no sea privilegio de unos pocos, sino herramienta de inclusión.

Propuesta de acción. Los gobiernos podrían:

  • Incluir robots domésticos en programas de asistencia para personas con discapacidad o enfermedades crónicas.
  • Subvencionar su adquisición mediante ayudas específicas para mujeres con artrosis diagnosticada.
  • Promover convenios con fabricantes para reducir costes y facilitar el acceso.
  • Integrar esta tecnología en políticas de envejecimiento activo y salud comunitaria.

Esta propuesta es un acto de justicia, de reparación y de visión. Porque si la tecnología puede aliviar el dolor y devolver autonomía, entonces debe estar al servicio de quienes más lo necesitan, no solo de quienes pueden pagarla.

En definitiva, si la artrosis en mujeres es consecuencia de una desigualdad histórica, entonces la tecnología debe ser parte de la reparación. No se trata solo de innovación, sino de justicia.

 

Las manos que sostienen el mundo

 

Las manos que sostienen el mundo están agrietadas. Fregan, cocinan, planchan, cuidan, levantan peso, sostienen cuerpos y emociones. Nunca descansan. Ni siquiera cuando sienten dolor.

Con los años, esos dedos se deforman. Las rodillas crujen al subir escaleras. La espalda se encorva, como si el mundo entero las hubiera ido empujando hacia abajo. El diagnóstico es artrosis. Y la respuesta médica suele ser: “Es normal. Es la edad.”

Pero no es la edad. Es el precio de una vida entera de trabajo invisible. De limpiar mientras otros descansan. De ordenar mientras otros desordenan. De cuidar mientras nadie cuida.

Un día, aparece en las noticias un robot doméstico. Uno que puede limpiar, ordenar, cargar cosas. Uno que no siente dolor. Uno que no se queja. Uno que hace lo que ellas han hecho toda la vida, pero sin artrosis.

Y entonces surge la pregunta: ¿Por qué no se les ofreció esto antes? ¿Por qué no se les educó, se les protegió, se les reconoció? ¿Por qué no se les da ahora, como reparación?

Porque no se trata solo de tecnología. Se trata de justicia. Porque no se trata solo de limpiar la casa. Se trata de no romper más cuerpos para sostenerla.