La Tierra
giró 1,25 milisegundos más rápido el 5 de agosto de 2025. Nadie sabe por qué.
Pero algunos escucharon.
Elena
Navarro fue una de ellas. Ingeniera silenciosa, pero en su silencio rumiaba
cómo extraer agua potable que sostiene el aire.
Fundó
AQUA-REGEN, para generar agua potable en cualquier lugar del planeta. Lo
desarrolló de una de manera sencilla, diseñó un dispositivo de bajo coste, bajo
peso y manejable. Su trabajo no buscaba reconocimiento, sino reparación.
Cuando
los cambios del planeta se hicieron evidentes, Elena propuso abaratar su
invento al mínimo precio en países desarrollados y ofrecer de manera gratuita a
aquellos lugares necesitados el AQUA-REGEN con una ley ética: proteger el agua
como derecho, no como mercancía.
Los
mercaderes del agua intentaron silenciarla. Pero Elena no se vio sola, se
unieron a su excelente trabajo científicos, comunidades, soñadores y ante tal
apoyo se fundó una alianza “La alianza de los justos”.
La sequía
global llegó. Y fue el agua, regenerada desde la ciencia con corazón la que
salvó al mundo.
Pasó el
tiempo. De Elena y su invento se olvidaron, no hubo premios, reconocimientos,
monumentos, nada. Pero el ingenio de producir agua potable AQUA-REGEN creció y
se instaló abriendo canales y cauces en todo lugar habitado por humanos.
Palió sequías, calmó el hambre de todos, pero en especial de los pueblos
y zonas más alejadas y mayormente necesitados.
Hoy los
niños ignoran que hubo un momento de inflexión. Hoy, se les oye reír y gritar mientras
juegan en las calles, no saben que no hace mucho tiempo el mundo padecía sed.
Los abuelos al verlos jugar, evocan aquellos tiempos pasados sin olvido… reiterando
en sus mentes una y otra vez un nombre limpio como el agua que baña sus
tierras: Elena
Una gota es llanto a la tristeza.
Es el canto a la alegría.
Es el baño de las hojas.
Y en el cantar de lluvias,
todos humedecemos la tierra.