“SERES DIMINUTOS SE DEJAN VER SOBRE LA TIERRA, Y LA RESPUESTA DE
LOS HUMANOS ES CAUTIVARLOS PARA DECORAR SUS PAREDES, Y VESTIRLOS COMO MARIPOSAS”
Introducción
No
es ciencia ficción. Tampoco es alegoría. Es relato técnico infantil para
adultos que aún decoran sus paredes con negaciones. Tras el paso del "cometa" 3I/ATLAS, algunos seres diminutos se dejaron ver. No pidieron contacto. No
exigieron atención. Y sin embargo, fueron vestidos como mariposas y clavados
como trofeos. Este cuento no busca convencer. Solo sostener lo que ya se sabe
en silencio.
Relato
Un
día, sin previo aviso ni rueda de prensa, aparecieron unos seres diminutos
sobre la Tierra. No venían en naves. No traían pancartas. Ni siquiera hablaban
en idiomas reconocibles. Solo estaban ahí. Como quien se deja ver sin pedir
permiso.
Los
niños los vieron primero. —¡Mira, parecen mariposas con ojos de estrella! Los
adultos, en cambio, se pusieron nerviosos. —No puede ser. —Debe ser un error
óptico. —O peor: ¡una campaña de marketing!
Los
más sofisticados, los que tienen títulos y orejas grandes, decidieron
vestirlos. —Ponles alas de colores. —Píntales lunares. —Y clávalos en las
paredes, que quedan bien con la lámpara.
Así,
los seres diminutos fueron convertidos en decoración. En mariposas de salón. En
trofeos de negación.
Los
organismos custodios activaron sus protocolos: Nivel 1: negación. Nivel 2:
distracción. Nivel 3: “no hay nada que ver aquí”.
Pero
los seres no se fueron. Tampoco atacaron. Solo siguieron flotando, como quien
sabe que la verdad no necesita gritar.
Y los niños, los ciegos lúcidos, los sordos atentos, susurraron entre ellos: —No son mariposas. —Son visitantes. —Y han venido a recordarnos que el cielo no se decora.
Nota. Si
alguna vez en los cielos ves algo que no encaja, no lo vistas de mariposa. No
lo claves en la pared. Déjalo pasar. Como se deja flotar un aviso en el aire,
una advertencia llegada desde el silencio sin firma.
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