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sábado, 19 de febrero de 2011

Otros Humanos.



Este no es un sueño normal, ¡bueno!, normales no son ninguno, pero éste es atípico, es la primera vez que sueño con algo así.

Mi veía a mi misma escondida detrás de una gran puerta abierta junto a la pared. Estaba allí quieta oyendo una conversación de la habitación contigua. Mi quietud era absoluta, no deseaba que el menor ruido pudiera delatarme. No recuerdo donde me hallaba ni quienes eran los que dialogaban. Si recuerdo que lo que oía  despertó enormemente mi interés. El tema era muy interesante.

Dos caballeros, uno frente al otro sentados en una gran mesa de un magnífico despacho dialogaban. Uno le decía al otro que el planeta tierra se había visto varias veces a través de su formación como planeta a su exterminio. Las generaciones de seres que evolucionaban “los humanos”, su fin fue siempre el mismo: el saber, la investigación y poseer las claves del conocimiento.

Su avance fue siempre paralelo al uso y maltrato del medio en el que vivían. Al final, sólo los que podían socialmente “unos pocos” bajo grandes inversiones tendrían el privilegio de subsistir ante un gran desastre en el cual la superficie del planeta, la más vulnerable sería la más destruida.

Explicaba que en las diferentes destrucciones de la tierra, bien provocada por ataques de armas terroristas, bombas atómicas, virus, etc. o bien provocada a consecuencia de choques o impactos con meteoritos, la tierra tuvo varias generaciones cuyo fin siempre eran los mismos.

Algunas civilizaciones hallaron gran poder de conocimiento, muy superiores al nuestro. Una de las civilizaciones de humanos con gran avance y desarrollo tecnológico a través del temor a extinguirse frente a un evento de grandes proporciones comenzaron a construir refugios subterráneos adaptados y acondicionados para poder subsistir en ellos. A la vez que la investigación avanzaba abarcaron refugios en zonas oceánicas, comunicando ambas esferas, tierra y océanos. Finalmente edificaron bases o plataformas en planetas cercanos donde la tecnología era aplicable para poder desarrollarse.

Había pues tres lugares donde el hombre podría protegerse ante la destrucción del planeta. Ese día llegó y lo hizo en el momento en que los humanos de la tierra estaban sumidos en conflictos bélicos ocasionados por las diferencias sociales, el uso de los recursos hídricos y alimenticios.

Solo una parte social de personas sanas y especializadas en las diferentes ramas fueron seleccionadas y preparadas bajo el silencio absoluto del resto de humanos para salir a las bases fuera del planeta tierra. De igual modo otro colectivo igualmente sano y con los conocimientos y tecnologías necesarias irían en el momento oportuno a las bases creadas bajo tierra e de igual modo se seleccionó a los que irían a la población destinada a vivir bajo océanos.

Así que cada población de afortunados seleccionados para salvar la especie humana fue duramente adaptada a un medio totalmente inhóspito para la raza humana. Durante siglos hubo comunicación entre ambas esferas, bajo tierra y las profundidades marinas.

La conversación terminaba diciendo que la mayoría  de los seres que poblaban la tierra murieron y que sólo los tres grupos generosos altamente preparados sobrevivieron al desastre en la tierra con todos sus inconvenientes pese a las ventajas.

Mientras la tierra ha necesitado siglos para generar de nuevo un ser inteligente  hemos convivido sin saberlo junto a estos tres grupos.

Durante siglos los que salieron e instalaron en planetas y lunas cercanos al planeta tierra nos visitan con sus avanzadas naves.  Otros colectivos submarinos  han tenido experiencias con naves que se  alojaron o salieron de mares u océanos a velocidades increibles y el que menos  contacto ha tenido con el hombre ha sido el grupo que fuera destinado bajo tierra.

Cada uno de estos tres grupos de origen humano tienen una imagen física diferente a causa de la adaptación  a un medio que les tocó sufrir, pero a diferentes niveles los tres grupos nos superan en conocimiento.


Mientras el hombre renacía de nuevo, ellos observaban nuestro avance en ésta frágil superficie, cercanos siempre a nosotros.

viernes, 18 de febrero de 2011

La torre de Babel.


Me desperté diciendo !que sueño tan lindo!

Me encontraba en una de las viviendas en las que he vivido. Siempre que he soñado con esta casa que vendí después de realizar una gran reforma tras los desastres provocados por un fuerte diluvio, me han causado malestar y desasosiego.

Hoy, que de nuevo soñé con la casa, la sensación ha sido muy  diferente a los anteriores sueños.

La casa estaba repleta, vestida de muebles y cosas personales y además estaba llena de animales domésticos. En la casa de 90 metros cuadrados había: un burrito, gatos, perros, tortugas y especialmente pajaritos con sus crías.
Me encontraba en el centro del salón y allí en el centro de la habitación había una torre de Babel dorada que atravesaba el techo de la casa hacia el infinito cielo.

En las ventanitas de sus laterales había nidos de muchas aves. De repente me vi dentro de la torre de Babel. Por sus laterales entraba una potente luz a través de miles de ventanillas repletas de nidos cuyas crías y padres volaban a mí alrededor.

He sentido un gran gozo de verme dentro y apreciar tanta belleza, me sentí afortunada por estar dentro de ese espectáculo maravilloso. Pasaron unos minutos en el que todos los sentidos se centraron en ver cuanto me rodeaba. Me vi inmersa en otro mundo, no prestaba atención  a sus múltiples cantos y tonos diferentes. De pronto sentí en mi interior el lenguaje de sus cantos, podía entender lo que hablaban.  Se acercaban a mi cuando los llamaba, se sentaban en mis hombros, en mis  manos se dejaban acariciar. He disfrutado de los primeros vuelos de sus crías que a modo de juego me rodeaban. Quedé absorta por la experiencia que estaba viviendo, sentir el significado, los mensajes de sus cantos.

A la vez ellos entendían mis palabras y leían mis pensamientos. Entonces abandoné mis sentidos, les dejé empañarse del juego de sus vuelos y del mensaje de sus cantos.

jueves, 17 de febrero de 2011

El manto de la mariposa.



Me encontraba paseando por un jardín frondoso. Me vi sola y perdida al seguir el vuelo a una bella mariposa de color azul violáceo que se introdujo en una iluminada habitación. Al apreciar de cerca los reflejos que emanaba de sus frágiles alas, tuve miedo de que mi tacto pudiera dañar su hermosura y paralizada por su aterciopelado manto la vi salir hacia el bosque sin rozarla.

Sentí deseo de observar de cerca su textura aterciopelada, ¡era tan hermosa!.  Caí entonces en tristeza por no haberla observado con mayor detenimiento, cuando sin saber cómo, entró otra mariposa en la habitación. Tenía el color verde vivo de primavera y junto al amarillo emitía destellos de oro. Cuando pude acercarme me sorprendí al ver que los destellos que emanaba vinieran de su pelaje. Me pregunté ¿Una mariposa con cabellera de oro?.

Me encontré sentada peinando su hermosa cabellera color oro.  Cuando terminé de cepillarle el frágil cabello dorado, giró su pequeña cabeza y quedé sorprendida al ver el rostro de una niña. Una niña preciosa, cuerpo de mariposa y  cabellera dorada que hacían de alas.  

Inició de nuevo el vuelo con su hermoso cabello dorado  rodeando mi imagen varias veces de sonrisas.