www.relatosdepatricia.blogspot.com

viernes, 1 de agosto de 2025

"Sentido del humor: frágil pero urgente"

 

“El paquete que empezó a dar consejos amorosos por chat” Al intentar rastrear su estado, en vez de la ubicación, P. recibió: — “Si él tarda en responder, quizá no es por logística. Es porque no sabe lo que quiere.” — “Acepta devoluciones emocionales. Pero no de tu paz interior.” — “Estás más cerca del amor verdadero que yo de tu domicilio.”

P. ya no quería que llegara… ¡quería seguir chateando!


“El paquete que entró en una relación tóxica con su número de seguimiento” Cada vez que P. revisaba el estado, el número decía: “En reparto… probablemente.” “Retenido por razones emocionales.” “Estoy cerca, pero no estoy listo.”

Después de semanas de manipulación rastreable, P. se cansó. Y lo bloqueó. El paquete llegó al día siguiente con flores y una nota: “Prometo ser más estable. ¿Me aceptas en tu buzón?”


“El paquete que se convirtió en influencer de entregas” Tras una entrega particularmente fotogénica, el paquete abrió su cuenta de Insta: @EnRutaConEstilo Subía selfies desde camiones, frases motivacionales: — “Que tu destino sea claro, aunque el código postal no lo sea.” — “No todos los paquetes llegan… pero todos tienen una historia.”

Ahora cobra por promocionar marcas de cinta adhesiva. Y a P. le llegó con autógrafo y una firma que decía: “Gracias por ser parte de mi viaje.”


“El paquete que practicaba la multiplicación espontánea”

P. compra una cafetera en Amarón. Le notifican: “Entregado con éxito.” Pero no hay cafetera. Solo silencio y una nota del rastreo: — “Tu paquete vive ahora en el plano de la posibilidad.”

P. reclama. Amarón responde: “Ya está entregado.” Pide otra. Nueva compra. Otra entrega… también invisible. Meses pasan.

Y entonces, una mañana, dos paquetes aparecen. Ambos idénticos, ambos reclamando ser “el original.” Discutieron entre ellos por autenticidad, mientras P. solo quería café.

Final: Ahora hay dos cafeteras. Y P. hace espresso doble… por justicia emocional.


“La talla que decidió tener autoestima propia”

P. pide una camiseta talla M. La tabla de medidas dice: “Confiable. Precisa. Científica.” Pero la prenda llega como si fuera XS con complejo de superioridad.

En la etiqueta se lee: — “Soy M, pero emocionalmente me siento S.”

P. escribe a atención al cliente: — “La talla no coincide.” Responden: — “La talla es un concepto subjetivo. La prenda se identifica como M.”

Tras devolverla y pedir una L… Llega otra M, esta vez más filosófica: — “Las verdaderas medidas están en el alma.”

Final: P. funda su propia marca de ropa: "Verdatalla®" Slogan: “Porque la tela no miente… aunque la etiqueta sí.”

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario