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miércoles, 11 de julio de 2012

Premonición de los sueños.



Habrán pasado  cuatro, quizás cinco años, era Domingo. Por lo general el día festivo es para  salir, respirar  aire fresco, el  mismo que horas antes exhaló y respiró  el verde suelo que cubre montes y cielo. Eso era al menos nuestra pretensión aunque después según  circunstancias vas haciendo.

Al despertar, sin habernos levantado le resumo el sueño. Era tan reciente y tan breve que se lo conté entero.

Mira…nos hemos visto perdidos, sin saber a dónde íbamos. Después  vi que estábamos sentados en casa de alguien conocido, su voz masculina me resultaba familiar, pero no puedo recordar donde estábamos, ni su rostro, ni si había alguien más, sólo sé que su voz dijo: ¡Tu padre ha muerto!

Dos horas más tarde, ese mismo Domingo,  salíamos a dar una vuelta…y sin saber que pasó "posiblemente  estábamos hablando y no pusimos los ojos donde debíamos" porque nos equivocamos de autovía.

Aprovechando el error, decidimos acercarnos al pueblo, ver a amistades y escasos familiares, vínculos no olvidados.

Primero  visita,  ronda  casa por casa, comer, hablar y dialogando... surgen esas cosas raras, pasa el mundo de los sueños a los hechos. Miguel refiere, ¿qué sabes de tu padre? Contesto que no sé nada desde la última vez que supe de él y contesta: Tu padre ha muerto.

Mi marido que nunca antes había creído en casualidades,  tiene mujer que sueña y acontece. Qué carita puso, aún sonrío cuando la recuerdo. ¿Cómo se puede acertar con los sueños?

Después, por último, antes de partir queda vagar por los recuerdos y realizar el mismo paseo que tantas veces me llevara a la Iglesia, que está en el centro de la plaza del pueblo. Recuerdo ir vestida de fina seda verde, hilada por las finas manos de mi abuela, para ir a Misa Domingos y días de fiesta.

Olfateo  sus calles, antes eran terrosas, ahora las cubre el alquitrán…"me alegra ver en su pulido asfalto bolitas redonditas que dejan los rebaños al volver de su paseo"…!cuanto me alegra ver ovejitas  y cabritas…te dices por tus adentros!, añoro esta tierra de buenas costumbres que  guarda en sus  aires  olores viejos.

La higuera de la carretera que baja al pueblo aún vive, sus  jugosos higos se deben a la soledad que agudizó su esencia para no sentirse sola, cautivando a viandantes con el néctar de sus frutos. Guarda aroma dulce y en su base de tierra hay sonata de zumbidos, insectos borrachos empalados de jugo. También es menú de gorriones y otras aves que acuden  a la fresca, cuando no aprieta el calor, para alimentar las hambrientas bocas de sus nidos.


!Cuanto echo de menos el pueblo!.Si pudiera, compraría la casa de los abuelos…pagaría cualquier precio. Ahora la habitan seres ajenos !ojalá fueran familia para poder sentarme en su corral y bañarme en un barreño! Tendría animales, los mismos que tuvieron los abuelos. Volvería a plantar la pasionaria y rosales blancos y plantaría de nuevo  el melocotonero  que había en el centro. Recuerdo sentir morirme  cuando un verano en vacaciones,  vi serrado su ostentoso cuerpo. DIOS MÍO ¡ABUELOS, QUE HABÉIS HECHO! Era sólo un hermoso melocotonero cargado de olor fresco y frutos de miel que cubrían sus maderos.

miércoles, 4 de julio de 2012

CUENTO: Nina (II) La primera comunión.


               
Nina fue creciendo en un mundo donde colores y formas daban sentido al paso de sus días. Ese mundo de  niñez solitaria, carente de todo afecto fue vivida cargada de fantasía.
Su mundo era tan pequeño, tan insignificante y a su vez tan enorme que vivía sumergida en sensaciones e ilusiones que en  cada despertar  la tenían absorta.

Nina se refugiaba en aquello por lo que se sentía atraída: acumular pequeños objetos de color: hojas secas, múltiples hilos de colores, restos de telas que arrastraba el viento de las costureras con diferentes texturas, dibujos y matices. El grato olor que desprenden los cuadernos y las gomas de borrar cuando son nuevas, el suave tacto de los lápices al estrenarlos, en especial se sentía feliz cuando podía comprar una caja de lápices de colores Alpino.

Nina, franela y algodón
Nina siente su primer contacto de ternura al sentirse arropada por suaves franelas y tierno algodón, especialmente cuando estrena  pijamita y ropita interior. Espera una, quizás dos veces al año poder estrenar algo nuevo de roce tierno que le aporte caricia y calor.

Nina se confiesa
Nina recibe clases del Cielo, del Purgatorio y el Infierno, debe conocer el pecado, debe evitar a partir de ciertos años pecar. Se ha de preparar, debe recibir la primera comunión limpia de todo pecado, meses antes se ha de confesar.  

La primera vez que acude al confesionario tras decir el "Ave María Purísima" y contestar el padre "Sin Pecado Concebida" no sabe qué decir, así que tras un rato de silencio el padre es quien  habla y pregunta que es lo que viene a confesar, pero Nina dice que no tiene nada que contar. Arrodillada, a través del enrejado el Padre va diciendo pecaditos para que se identifique y diga si recuerda haber cometido alguno. A partir de entonces Nina sabrá que decir cuando las monjitas la envíen al confesionario. Después de estar arrodillada largo rato salió limpia de todo pecado, con algún que otro Padre Nuestro que rezar y que Nina nunca rezó.
Las demás veces sería más rápido y fácil al tener que inventarlos. Nina a su corta edad no conocía realmente el significado de pecar. Ni en sus actos ni en los que la rodeaban veía maldad. Sus confesiones serían similares a; me he encontrado una goma de borrar y me la guardé; no me he comido las judías blancas y las he ido pegando bajo la mesa del comedor; me fui del examen diciendo que me encontraba mal; me he reído de la monjita mayor que no ve bien y mira al hablarme donde no estoy, me hice pipí en la cama…etc. etc.

Nina toma la Primera Comunión
Como todos los niños la toman al vivir inmersa entre bloques y paredes de techos altos llenos de reliquias, incienso y sermón, Nina toma la Primera Comunión y estrena solo calcetines de algodón. Se siente herida y durante la misa, cantos y sermón no para de pensar más que le faltan los paños nuevos que cubran su interior.

Es vestida con traje y zapatos  blancos que ha de devolver cuando terminen de cantar el coro y tocar el orfeón. Los trajes y zapatos fueron regalados a las monjitas gentes de mucha holgura para ser usados  sólo unas horas en la Primera Comunión. Todo lo que recibe Nina es usado, todo, menos los calcetines blancos de algodón.


Nina estrena zapatos
Uno de los mejores regalos que cree recibirá más tarde, son unos zapatos nuevos. De todos, dos pares le están bien, uno deportivo y el otro de charol. Los bonitos de charol las monjitas se lo regalan a una niña de tiernos ojos azules que encima no toma la Primera Comunión. Sus ojos y  largo cabello rubio impiden a las monjitas ponerle zapatos marrones de cordón. Sienten debilidad, su rostro y rasgos son de Virgen María y debe vestir reluciente, como los Santos y claro…¡le van más los zapatos de charol! Nina no tiene el rostro de María, es morenita de oscuros ojos verdes. Pasa el día enfadada porque lleva calcetines finos de algodón con bastos zapatos marrones, de oscuros cordones…nada finos para lucir un día tan especial.


martes, 3 de julio de 2012

Zapatos viejos.

Anoche vi cientos de zapatos raídos, añejos, diferentes por edad y sexo. Agrupados sin casar formaban alta montaña de calzados viejos. Comprendí que aquellos  pasos vividos, ahora son olvido, huellas de los que ya partieron.

Tierra y polvo de camino sujeto al paso erguido, dejan entrever aquellos años, un recuerdo, pegado a la suela del olvido. Es polvo terrenal, sendero etéreo y fugaz de elementos que dieron forma  y movimiento a lo vivido.

Entre ellos, vislumbro un par de botines nuevos. Alguien se apresuró a partir sin cubrir sus pies desnudos. Cuando intento alcanzarlos, los cordones rompen su unión de hechizo y queda uno disponible para poder llevarlo conmigo, pero no puedo cogerlo, no me serviría solo uno.


Junto a la montaña de sandalias hay un zapatero  de ojos vidriosos, añosa lente, tez arrugada y porte muy viejo. Trabaja el zapato que me falta y espero a que termine  para poder coger el calzado refulgente. Con mirada sabia sus ojos dicen lo que el corazón piensa y siente…aún no llegó la hora de quien ha de vestir estas suelas relucientes, el caminante que lo calce debe llegar al final de sus albores.

domingo, 24 de junio de 2012

CUENTO: Nina (I) Los Reyes Magos.



Los cuentos se guardan en rinconcitos profundos dentro de nosotros. Los recuerdos, son guías de viaje hacia un mundo mágico, nuestro, donde es posible vivir aventuras y alcanzar deseos.

Antes…hace mucho tiempo Los Reyes Magos llegaban de noche. Venían tan cargados de juguetes que se transportaban en enormes camiones, y en aquellos lugares donde no había, las alforjas de burritos se cargaban de paquetes, repartiendo casa por casa en una sola y larga noche a cada niño un solo juguete. Por aquel entonces daba igual que los Reyes Magos vinieran cargados con cientos de regalos, siempre tocaba a uno y cada paquete llevaba escrito el nombre del niño a quien iba destinado.


Nina, Navidad en el cole
Nina recordaba recibir su primer regalo de Reyes Magos de Navidad en el colegio. Cada año, un mes antes de que se acercara la fecha, daban aviso a los niños para que fueran pensando que deseaban. No podían pedir más que uno, por tanto debían someterse a profundo análisis, no podían equivocarse, debían tener muy claro su deseo, de lo contrario debían esperar la llegada de su regalo en la próxima Navidad.

Los paquetes venían envueltos en bellos papeles de múltiples colores, dibujos y formas. Nina sentía dolor abdominal al verlos rotos y arrugados, recordaba las infinitas veces que tuvo que contenerse de ir corriendo a salvarlos de la papelera. Al no ir a por ellos, los memorizaba. Más tarde proyectaba su mente y dándoles vida creaba su escenario de luces, dibujos y colores como si fueran marionetas.


Nina y los Reyes Magos
Nina recordaría siempre el día que recibiría por primera vez a los Reyes Magos. En el gran salón se agruparon cientos de niños y uno a uno al llamarlos por su nombre, se iban acercando a recoger su paquete y dar las gracias… también un beso en la mejilla al Rey Mago.

El que llevaba el regalo de Nina era un gigante de pelo blanco y gran barba rizada. Llevaba una corona dorada y vestía brillante tela. Su potente voz dijo en alto su nombre.

Que un ser mágico le hablara y regalara lo anhelado, convertía ese instante en celestial. Temblorosa ante la voz masculina se acercaba despacio a recoger su regalo. Entonces una fuerte emoción la cubría haciéndole temblar las piernas con riesgo a caer en el corto paseo a la tarima. Más que recogerlo, la afligía oír y ver escrito en el papel de su regalo, para Nina.

Nina se quedaba hasta el reparto final, ¿Qué haces aquí?, le preguntaba la monjita ¿es que no deseas ir a jugar con tu muñeca? a todo decía sí, pero seguía sentada, no se levantaba de la silla.

Cada año su objetivo era ver si los juguetes y repartos cuadraban. Todos los niños salían rápidos del gran salón al momento de recibir su regalo, pero Nina, una vez lo recogía, se quedaba sentaba hasta el reparto final, por si acaso quedaba algún juguete por repartir, alguno olvidado o dejaran parte de algún juguete (caballito, indio, un neceser de muñecas), algo más que llevarse, pero nunca tuvo suerte, ni halló juguete suelto ni juguete roto.

Nina cada año cuando se acercaba Navidad y la monjita decía ir pensando lo que queréis pedirle a los Reyes…Nina no tenía que pensar lo que deseaba porque siempre lo supo, siempre deseó lo mismo. Los primeros años las monjitas no se atrevieron a contradecirla al verla tan segura, por tanto trasmitían su petición a los Reyes Magos y año tras año, hasta tres veces trajeron su demandada caperucita roja de trapo.

Esponjosa…confeccionada en tela. Su cabecita y cuerpecito tupidos, vestida de algodones blancos y suaves lanas rojas. Sus delgaditas piernecitas las abrigaban medias de punto con aros de colores. Sus lindas zapatillas de paño grueso color granate, tipo duende, cubrían sus frágiles talones y pequeñitos pies. Llevaba una pequeñita gorra de oscuro paño cobrizo que cubría el frontal de su linda cabecita. Su suave cabello rizado castaño oscuro lo recogían dos largas trenzas que le llegaban a la cintura atadas por rubios lacitos de raso. También llevaba un pequeño delantal color calabaza con dos bolsillos a los lados y de su bracito derecho colgaba una pequeña cestita  marrón color tierra. Era perfecta, lo tenía todo.

Al ser toda de tela era maleable, no pesaba nada, se podía lavar, doblar, llevar a cualquier parte, esconderla en cualquier rincón, llevarla contigo bajo la ropa interior y sobre todo meterla contigo a la cama. Daba igual que durante noches sufriera apretujones y contorsiones, a la mañana siguiente estaba nueva y no dejaba moretones.

Nina añoraba a su amiga fugaz…los Reyes venían por unos días y se los llevaban rápido. No entendía cómo desaparecía su muñeca sin dejar rastro a los pocos días de tenerla en su regazo. Al no poder disfrutarla, año tras año veía la necesidad de volverla a pedir hasta que la cuarta vez que las monjitas le oyeron mencionar de nuevo la muñeca roja se plantaron y le dijeron que NO. Puedes pedir cualquier juguete, cualquier otra cosa, otra muñeca diferente, otra, pero no a caperucita roja.


Nina enmudece, clama su regalo
Nina se sintió perdida. Al oír que no obtendría su deseo, dejó de hablar (y eso que Nina hablaba muy poco). Quedó muda, no emitía palabra ni pedía nada. Iban pasando los días y Nina callada, así que las monjitas insistían varias veces pues se acercaba la fecha. Al final, al sentirse asediada pues las monjitas no querían que se quedara sin regalo, aprovechó la insistencia y después de varios días sin hablar soltó con firmeza “quiero una caperucita roja de trapo”, y otra vez de nuevo las monjas se la denegaron.

La monjita encargada de recoger dinero para apadrinar niños en África, se acercó a hablar con ella, convencerla para que eligiera otro juguete. Ese año Nina había apadrinado una niña a la que había puesto su nombre. Enojada, sin desear nada más que su muñeca de trapo, en un arrebato, sin saber porqué pidió una muñeca negrita como las estampitas del Dómund.

Cuando llegó el día y el grandullón Rey Mago vestido de raso largo y corona de joyas dijo en alto su nombre, Nina, al ir hacia la tarima para recogerlo cae al suelo y le fallan las piernas al ver en sus manos una caja grandota. Recordaba muy bien el tamaño y forma de la cajita de caperucita y guardaba la esperanza de volverla a ver. El paquete que llevaba el Rey Mago superaba en cinco veces el tamaño esperado.

Las monjitas optaron por encargar la muñeca grande al no encontrar una negrita. 
Cuando Nina abrió la caja se sintió en total desamparo. La muñeca tenía el tamaño de bebé de varios meses, regordeta y cabellos rizados. Si al menos hubiera sido blanda toda ella…pero no, además de ser tan grande como Nina, su cuerpo frío y duro le impedía llevarla todo el día con ella y sobre todo, meterla en la cama, aunque la podía sentar y movilizar los brazos.

Nina salió llorando del salón donde daban los regalos, dejando la pepona sentada en su silla. Las monjitas fueron detrás para hacerla ver que era bonita, pero su tamaño, rigidez y frialdad de la piel la hacía ver más decorativa que amiga…El tacto que ella necesitaba no la hacía idónea para llevarla con ella, sentirla, besarla y estrujarla, detalles carentes de valor para las monjitas que nunca se percataron de nada. Muchos juguetes desaparecían a los pocos días, antes que los niños los marcaran en sus juegos.

Otras niñas se encontrarían en la misma circunstancia que Nina, y posiblemente pidieran alegremente otro juguete, pero ella a falta de poder disfrutar de su muñeca de trapo durante tres años, la añoraba cada día más, especialmente por las noches.


Nina regala su pepona
La nueva muñeca de Nina llamaba la atención por su tamaño, además, no sabía cómo actuar ante una muñeca rígida y pronto las monjitas se dieron cuenta que no la hacía caso.

Un día se acercó una monjita a hablar con ella y Nina aprovechando su dolor se la regaló. No es que fuera generosa a su corta edad. Los niños que apenas tienen regalos no regalan lo poco que poseen, más bien se aferran a lo único que tienen pero Nina herida y en respuesta a la actuación de las monjas, se la ofreció. Ésta le decía ¿qué quieres que haga yo con ella? Yo soy mayor y ella necesita a alguien más pequeño… como tú que juegue con ella, dime ¿qué puedo hacer yo con ella? y la pequeña que era muy práctica para su corta edad dijo: en el rincón del pasillo al comedor quedará bien.

Nina no sabía entonces que su acto le llevaría a largo y penoso dolor que le llevaría años superar. "falta de psicología de las monjitas que no rebatieron su decisión" sentándola en el rincón que dijo Nina y allí, la pepona fue testigo muda de cientos de paseos de riguroso orden de dos filas y absoluto silencio hacía el comedor de las niñas.

Nina, entonces se dio cuenta a su corta edad que si regalaba a alguien algo no podía retroceder o revertir su acto. El hecho de que algo que fuera suyo, estuviera fuera de su alcance día tras día, fuera objeto de miradas y ser tocada por otras niñas provocó en ella una profunda herida. El paseo al comedor era paso obligado por ser el único y éste debía recorrerlo tres veces al día, seis veces en total contando las vueltas.

Viéndola más que si la hubiera tenido con ella, ser objeto de otros ojos, la muñeca siempre sola, sentada en una tarima, sin cambio de ropa, sin lavarla y sin peinarla la mortificaban. Sus sentimientos hacia ella fueron cambiando, sintió pena de su pepona, ver su vida apagada, sin dueña, sin haber tenido siquiera ama que la abrazara.


Nina retrocede a parvulitos
Nina a falta de estímulos que le abrigaran y dieran calor, sin avanzar en la escuela, repitiendo año tras año fue bajando de nivel hasta volver a estar en parvulitos.


Tanta añoranza la llevó a los años del chupete. Nina, a los nueve años tenía el pulgarcito de la mano derecha deformado. Su consuelo a escondidas durante el día y aferrada en las noches era chuparse el dedito gordo de la mano.

jueves, 24 de mayo de 2012

El espía.



Encima de una mesa pequeña vi tres carpetas de tamaño Din- A4 cada una de un tono diferente. Entendí que el color se debía a que venían de diferentes entidades. Abrí una de color marrón claro, eran informes personales, supe que eran míos.  Hablando con alguien sin poder visualizar pregunté ¿qué hacen estos informes aquí? No están protegidos la vida y  los datos  de las personas?

Contesta: Sí, lo están a nivel Institucional, pero a no a nivel personal, pagando lo que fuere se puede obtener de alguien todo. Y ¿dónde queda la privacidad y derechos de los usuarios? A nivel oficial siempre se te dirá que están protegidos, que siempre están resguardados. La realidad es que no es así, siempre hay “personas” donde su poder llega a divisar la vida personal e íntima de los demás.  
Entonces como en película rebobinada me situé en momentos atrás de mi vida, como si retro-activaras imágenes de una cámara fotográfica…y sorpresa, la retro-activación se detuvo en dos momentos muy distantes uno del otro. Recuerdo haberlo visto en alguna ocasión en la que sintiéndose seguro se acercó lo suficiente para que su rostro intruso quedara archivado en el subconsciente.
Entonces recordé su imagen. Varón de mediana edad de raza blanca, delgado. Por la edad tiene algunas arrugas. Sus ojos marrones claros hacen juego con su piel clara y pecosa. Su pelo fue maleable y ocre, ahora sus años dan rigidez al color claro mezclado de canas. Su talla no supera 165 -170 cm de estatura.
He sentido que carece de vida propia. Su vida la componen otros.
Los otros están inmersos en sus problemas, ajenos a la vida ajena. Vida inmersa en lucha diaria…suficientes para tener la mente ocupada de forma permanente.
Pensé; mejor es ser investigado a ser el protagonista oculto en la vida y corazón ajeno.

jueves, 5 de abril de 2012

Las lágrimas del mar.


Ayer mi marido me regaló un pequeño paquete envuelto en papel claro aterciopelado muy suave. Abrí el regalo y era un pequeño colgante en forma de lágrima.  Enseguida busqué cadena para colgármela y sin recordar que debía quitármela para dormir, fui a la cama con ella. No sé porqué soñé anoche con su regalo.

Durmiendo sentí agua en mi pecho. Veo que mana de  la lágrima, es llanto sin anclar, es agua salada, agua de mar. Me hallo sumergida y resistiéndome a que fuera verdad, aferrándome a que sólo fuera un sueño renuncié a ver que realmente me encontraba surcando una marisma de paz.

Al sentir que  mi cuerpo se movía, abrí los ojos y me vi nadar sin rumbo ni sentido en busca de orilla terrenal.
Entre aguas cálidas, placenteras sonrío al ver su juego envuelto de burbuja y gorgoteo. Finalmente su bravura aislada busca orilla y allí esparce sus faldas blancas buscando calma y suave aterrizar. Cubierta de espuma emerjo del tranquilo hogar.

Al sentarme frente a frente son las lágrimas quienes entre tinieblas y susurros hablan de la salinidad de su mar.

sábado, 31 de marzo de 2012

Ana.



 
Hacía más de dos años que no tenía noticias de Ana, una entrañable amiga. Nos conocimos preparando oposición con el objeto de obtener una plaza fija como  funcionarias del estado.  Enseguida nos unió  fuerte amistad. Durante el trayecto de mi vida,  dos personas  he conocido que tomaran apuntes de clase con arte, rapidez y destreza. Daba gusto ver sus apuntes…a diferencia de los del resto de la clase. Finalmente copiábamos sus apuntes toda la clase porque además de tomar cada punto y coma los resumía, de manera que evitaba el resumen final que todo alumno realiza para poder engullir la barbaridad de temas de estudio para tal fin.  
Con licenciaturas de Antropología,  Filología  y Filosofía y Letras optaba al igual que miles de personas a tener una estabilidad económica aparcando sus estudios por la Ley de incompatibilidades de las administraciones Públicas. La obtención de un puesto de funcionaria significa la exclusividad en tu puesto de trabajo. No siempre es así, pero sí lo es en la mayoría de los funcionarios públicos. Ana siguió estudiando y tanto ella como el resto de  clase hoy son funcionarios.
Como decía, nos conocimos hace mas de  15 años y hacía dos que no sabía nada de ella. Desde que consiguió la plaza su objetivo fue salir y conocer mundo con su actual marido que también obtuvo plaza de funcionario en otra administración del estado. Las vacaciones, puentes y escapadas de fin de semana la empleaban en  viajar y disfrutar para compensar los duros años de estudio. A veces pasaban meses sin podernos ver,  finalmente nos poníamos al día, buscábamos un hueco para hablar y vernos. 
Dos años sin saber de ella era mucho tiempo y la preocupación de saber cómo estaba me llevó su imagen al mundo de los sueños. La vi  ingresada en un hospital. No podía saber con certeza lo que pasaba, pero estaba mal, tenía problemas con un embarazo, vi que era una niña.

A la mañana siguiente como cada despertar, le hablo a mi marido de Ana y le cuento el sueño. Me dice llámala y si no contesta a tu llamada le dejas un mensaje y eso hice una vez que tomé el desayuno.
Aún no hube dejado el escritorio de revisar los correos cuando recibí su llamada.  No quiso decirnos nada para no preocuparnos. Hacía más de un año que intentaban tener  familia.  Dos veces hubo esperanzas y ambos  casos no prosiguieron. Hacía unos días que había perdido a la niña que esperaba. Estaba en reposo tras la vuelta del hospital.   Ana  estaba agotada, desanimada. Perdió la ilusión, pensaba que no quedaban fuerzas, que su cuerpo no las hallaría para una vez más intentarlo de nuevo.

Poco tiempo  después  soñé de nuevo con ella. En la imagen daba de comer a un niño al que distraía con juguetes de papel.  Le llamé por teléfono y le conté de nuevo el sueño. Ella sentía firmemente que no tenía nada que hacer. Le dije, que entendía  su dolor, pero que dejara pasar el tiempo, que había soñado  que tenía familia, vi darle de comer a su retoño.

Para mí fue claro que sería madre, era cuestión de tiempo. Pasaron unos meses,  Ana volvió a quedarse embarazada. Hoy  Ana y Carlos son padres de una hermosa  parejita.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Tsunami en el mediterráneo.

  Anoche en sueños presencié un tsunami.  Veía a la gente correr en  dirección contraria, venían hacia donde yo estaba. Pregunté qué pasaba, porqué esas prisas, de qué huían y ninguno se paraba a avisarme del desastre. Pasados unos segundos, una señora mayor me dijo; corre, no pares, métete en la primera finca que puedas y sube a la terraza. Apenas terminó de hablarme vi acercarse una enorme nube grisácea. Eran  olas de más de diez metros de altura que en su entrada furiosa engullía de manera  mordaz  todo cuanto se cruzaba.  Miles de objetos  de arrastre parecían darle la consistencia  de denso batido carbonizado.

Cuando conseguí abrir de un empujón la puerta de una finca,  subí a la azotea acelerada al ver que tras de mí se iban sumergiendo cada rellano de oscuros fluidos de implacable rigor y dureza. Desde el ático pude ver a algún superviviente de la tragedia. Ninguno de los que estábamos presentes pudo imitar gesto o vocablo ante colosal catástrofe.

Vino sin avisar. Nadie predijo que esto pudiera ocurrir. Las faldas de la tierra que rodean Italia bailaron pasos fuertes, de gran taconeo que hicieron temblar las aguas de su suelo.

Días antes se habló de terremotos, pero no se predijo que la magnitud de tales seísmos pudieran alterar  las pacíficas orillas del otro lado del mediterráneo.

Al despertar de nuevo, como cada mañana le cuento mi sueño. Y  dice; tranquila en nuestro litoral no suelen ocurrir estas calamidades, más bien ocurre en océanos con determinadas características, pero no aquí.

No obstante, una vez se va al trabajo realizo búsquedas en Internet. Dice que hay riesgos de que ocurra (hay controversias entre expertos). En el pasado ocurrió aunque es poco probable.  

viernes, 24 de febrero de 2012

La habitación del pánico.




Viajábamos en avión cruzando Suiza.

Al atravesar  durante un tiempo la zona extensa de los Alpes hay ajetreo entre viajeros. Los del lado derecho visualizaban  algo extraño abajo. Tanto que provocó que parte de los viajeros del lado izquierdo fueran a visualizar lo que llamaba la atención.  A gran altura se veía salir  de una explanada rodeada de montañas copadas de nieve tres enormes aparatos de un color verde plateado. Digo grande porque cuando me acerqué a ver desde la ventanilla, se podía ver con nitidez tres aeronaves de enormes dimensiones.  Enseguida supe que no era  obra de humanos.  Ante tanto revuelo, el piloto a través de un micrófono llamó varias veces al orden y nos complació reduciendo la velocidad para que  todos los viajeros pudiéramos  verlo. 

La aeronave tenía dos frentes diferentes, dos extremos adaptados según un u otro tipo de barreras que romper. Tenían en un extremo un  medio-circulo o media luna y en el otro extremo había una especie de diseño de avión Concorde. Sus dimensiones me hicieron temblar porque podía sentir la naturaleza de esos seres, fuertes, inteligentes capaces de una construcción así. La nave más pequeña  superaba  30 veces el tamaño del avión más grande construido por el hombre. Las tres se encontraban como si hubieran salido del interior de las montañas.

Más tarde pienso que es posible que desde el aire pudieran sufrir un ataque. Siento ver el efecto del resultado como una gran explosión nuclear. Pienso que lo que ellos puedan hacer aquí no invade nuestro desarrollo. Nuestro organismo no es capaz de vivir y trabajar bajo estas temperaturas, incapaces de diseñar algo así, incapaces de tan alta tecnología. Pienso que pueden tener necesidad de algún elemento que no les resulte fácil conseguir en otros mundos y finalmente estén aquí solo para recoger algo necesario para su evolución.

Más tarde me veo presente en una guerra en la que estos seres son atacados por la élite militar de diferentes países. Veo cómo manejan artilugios de guerra y armamento de última tecnología. Me hayo presente, pero no soy visualizada por ninguno de los que  preparan el ataque. Por más que aviso, por más que digo,  no hay forma de salir de esta guerra, mis voces son ecos al vacío. El armamento de los seres (falsamente invasores) es potencialmente superior. Veo su físico de dos metros de altura y gran corpulencia y manejan sistemas de ataque fácilmente destructivas sin el uso de armas. Siento su capacidad de eliminar barreras y cualquier obstáculo. Para ellos somos seres primitivos.  En su pensamiento evolutivo no existe clemencia para nuestra raza. Siento que no atacan si no ven en riesgo su misión.

Me veo avisando de que su tecnología es terrible, que van a morir  todos, que hay que desistir, pero mi voz es nula. Los militares entran para atacar en un refugio o boquete de montaña. En la oquedad de piedra se halla una gran cueva de paredes lisas y color claro que contrastan en la gran oscuridad. Es una trampa, los militares han caído en la red. Creen estar seguros en su escondite e ignoran que se encuentran en un zulo. Sintiéndose seguros preparan sus artilugios para atacar al invasor “pero es nuestra raza, los humanos quien les invade y  ataca”.

Viendo  una guerra perdida y sin justificación me veo intentando salir del zulo. En las paredes de la cueva la piedra húmeda refleja una tenue lucecilla roja y me aferro a ella palpando su lomo frío y resbaladizo hasta que mis manos rozan el saliente del marco de una puerta metálica blanca  (como las que hay en  los largos túneles para salir ante el peligro cuyo membrete en rojo dice "auxilio”).

Entro en la habitación de blanco y siento verme como en la habitación del pánico, toda está bloqueada, no hay salida. La única puerta da a la cueva y es donde no deseo estar ni ver lo que pasa.  Allí permanezco  encerrada y pensando que va a pasar cuando la guerra termine, mueran todos y me vean bloqueada por el pánico. Pienso que también me destruirán a mí una vez hayan terminado con ellos y pienso que tampoco tendrán miramientos cuando me vean, que mi final será igual que el de ellos.

Encerrada, escapo de una guerra que no entiendo, no justifico y está perdida de antemano. Nosotros al conocer su existencia fuimos contra ellos como si hubieran allanado la tierra, como si la tierra fuera propiedad  de los humanos. Ellos, teniendo el poder de atacarnos de mil formas, no lo hicieron.

En la habitación del pánico culmina silencio. No se oyen balas ni gritos. Pasado un tiempo alguien abre la puerta y me pregunta que hago dentro y respondo que no participo en guerras perdidas, que por favor cierre y me deje estar dentro.

Intuyo al salir que todos han muerto. No visualizo a nadie, el armamento está intacto, no ha habido ataque cuerpo a cuerpo. No hay heridos, ni sangre. La emisión de un sonido dañó su cerebro provocando la muerte de todos, posteriormente un gas difuminó sus cuerpos.

martes, 7 de febrero de 2012

De otro mundo.


Me he visto sentada frente a un ser diferente a la raza humana pero de características físicas similares. Todo su cuerpo estaba cubierto como si llevara un traje de neopreno,  excepto el rostro. No tenía pelo y no sabría definir su sexo porque su rostro no mostraba características o rasgos que me orientaran, tampoco bajo su traje mostraba definición física que pudiera distinguir su sexualidad.


Le pregunté si estaba desnudo y me dijo que no, que llevaban una especie de segunda piel adaptada con las propiedades físicas de nuestras prendas y otras más. De recién nacidos se les baña en este ungüento que les sirve de aislante al medio externo, protege la temperatura al tener efectos térmicos, contiene nutrientes  minerales y vitaminas, aporta humedad, es antibacteriano, según edades integra componentes vacuna. Se ha de renovar cada determinado tiempo, es biodegradable no daña al medio y su pérdida sirve de alimento a otros seres.

No existen industrias que contaminan y toda la población lleva la misma envoltura. La única particularidad es el tipo de  envoltura que según edades es diferente adaptándose al crecimiento y necesidades.

Los trajes se renuevan en una especie de cabinas, entran, les cubren con una especie de gel en el que elimina el resto del traje deteriorado y se vuelven a cubrir de nuevo con el segundo gel, así varias veces en su vida.  Yo pregunto y ¿cómo eliminan? El traje es permeable, tiene unas aberturas ocultas que se abren al tener necesidad.

No portan nada encima. Su imagen corporal, el rostro y especialmente los ojos se gravan en cualquier estancia que vallan.  No llevan encima ropa, bolso, relojes, llaves. Hay cabinas que realizan virtualmente cualquier deseo experimental, sirven de ocio quedando registro guardado no solo su estancia, también queda registrada la emotividad experimentada, sensaciones, pensamientos y deseos. La persona es registrada por seguridad a modo escáner siempre vaya a donde vaya.


Los envases o envoltorios, todos, sean del tipo que sean tienen diferente diseños. Las capas físicas del mismo elemento varían para darles la rigidez o características precisas, pero están elaborados con los mismos compuestos químicos, de manera que cuando se recicla sólo se ha de reciclar un tipo de elemento para volver de nuevo a renovarlo, tiene además las características de biodegradable y al igual que su segunda piel no dañaría al medio ambiente.


La ingesta de alimentos es muy poca en relación a los humanos terrestres. Ingieren menos cantidad pero la absorción de nutrientes es muy alta, se excreta  por tanto menos y el metabolismo se haya reducido. La temperatura es más baja, a diferencia de nosotros, están adaptados al frío negativo  y no a las  cálidas temperaturas de nuestro planeta.

Utilizan los volcanes como incineradoras. Los residuos orgánicos se mezclan junto al resto de materias que no les son útiles y son trasportados a través de canales o redes a la combustión volcánica, evitando de este modo acumular deshechos, utilizan las mismas redes de calor volcánicas  para las necesidades de energía.


Habla que cuando uno se encuentra enfermo porque algún órgano está defectuoso o envejecido se ingresa en periodo de hibernación, máximo dos días, quizás horas según el grado o daño de lesión.   Mientras se hayan ingresados el metabolismo al estar reducido  necesita menos aporte de nutrientes, menos oxígeno por lo que  genera poco estrés oxidativo. Permanecen en la Unidad Basal Mínima (UBM) hasta la recuperación fisiológica. Los órganos se restituyen si se puede por microcirugía intra-corpórea  o estimulan mediante ingeniería genética el desarrollo del nuevo órgano dentro del cuerpo. Superan la edad de 1000 años.  


Lleva un especie de  colgante con un ser cristalizado o fosilizado para mi, repulsivo. Le pregunto  si es algún ser de su mundo, responde que es una  copia de sus orígenes. La genética es tan avanzada que pueden retro-activar  su evolución y ver las etapas antecesoras  en pantallas, como una televisión. Después el genetista en una especie de pequeña cámara virtual introduce  los genes y elabora una copia. Lleva  una imagen del principio genético de sus orígenes como si fuera un detalle de solapa.


Me habla, los seres humanos no pertenecen a quien los trae al mundo, pertenecen al planeta. Son las  instituciones del estado las encargadas de vigilar  la crianza y educación potenciando desde que nace su desarrollo psíquico y físico.   Todo conocimiento que no se practica o ejerce se extingue, por eso llevan siglos educando en función de su genética y potenciando las  dotes  innatas que demuestran en la infancia.

Los pilares básicos de su evolución son ciencia y el avance tecnológico. No se concibe el sufrimiento físico, irse del mundo con dolor físico ni permanecer en él con sufrimiento. 


Tengo gran interés en saber otras cosas y le espeto ¿conoces varias especies? Y  responde que hay tantas como la mente pueda imaginar. Calla y me pregunta ¿Cuántas clases de aves conoces? Respondo muchas, es imposible de cuantificar e incluso conocer con exactitud, calculo que debe haber miles, es una evolución muy extendida y variada. Dime entonces ¿Porqué creéis que estáis solos? 

La información que nos llega es parcial, enfocada, emitida  y elaborada por la percepción de personas especialistas. La mera información  siempre es parcial y entendida según evolución perceptual y educacional, pero a su vez también es una percepción personal por lo tanto la información la entendemos a su vez de manera parcial. La verdad de un todo nunca llega por ser amplia y compleja, requeriría de estudios complejos, tiempo y dinero.

También incurriríamos a parcializar los hechos pese a que se mostraran lo más cercanos a la realidad porque llevamos arrastrando en nuestra evolución la percepción de las cosas que vemos u oímos en función del estado físico y psicológico del momento. La verdad se escapa siempre, es la suma de percepciones parcializadas.  Nosotros nacimos sumergidos en unas guías educativas del cual heredamos e institucionalizan.  Por eso cuando alguien sale de la norma o dice ser sometido a alguna experiencia no frecuente y clasificada como fuera de lo normal, se anula y justifica con razones vinculadas al método científico aunque en realidad no sea clasificable.


Muchos humanos creen que no estamos solos, que posiblemente estemos cerca de alguna especie evolucionada y que es posible que la evolución de las especies de Darwin sea la norma en planetas que contengan similares características, planeta rocoso, agua líquida, atmosfera, etc., elementos indispensables para la vida tal y como la conocemos (debido a los avances, hoy se admite que la vida puede originarse en planetas cuyas características físicas son muy diferentes a la tierra)  por lo tanto, sí  creen posible que existan extraterrestres  inteligentes  pero nuestra educación está diseñada y dirigida para no creer en lo que no se ve y asumir como verdadero  y práctico una educación dogmatizada e institucionalizada.

Dime ¿sientes miedo? No más miedo que el que pudiera tener a humanos. Nos han educado con el miedo. Así que si alguna vez tuviera un encuentro y me generara miedo, mi percepción sería parcial porque ese miedo bloquearía la parte de realidad que yo visualizara o recordara.  Me interesaría ver otros mundos antes de partir, poder ver su evolución, que piensan de nosotros y preguntar lo que todo ser humano ¿porqué estamos aquí? 

Todo lo que uno posee en la tierra con el tiempo vuelve a la tierra. Los valores por los que luchamos para obtener estabilidad o seguridad carecen de sentido. El planeta tiene su vida propia, se destruye, se renueva y con él también el conocimiento. La especie humana ha sucumbido varias veces, al igual que su avance.  El verdadero valor se halla en la evolución, el conocimiento, el avance tecnológico. Garantizar su protección debe ser primordial y la tierra no es el lugar adecuado para protegerlos.


Conforme el hombre vaya adquiriendo mayor conocimiento  más se desprenderá de los artilugios banales en los que vive inmerso, será más generoso y se establecerá unanimidad, una única creencia moral tomando como única guía espiritual el bien común y el respeto. Entendiendo como el bien común y respeto no solo entre humanos sino también hacia las diferentes especies que lo habitan y el planeta que los sostiene.  

jueves, 19 de enero de 2012

La Lotería.




Me vi sujeta a ti, abrazada  y alegre. El brazo izquierdo te rodeaba, el derecho elevado mantenía en vuelo el décimo de un sorteo de lotería agraciado. Viendo la escena, parecía  próxima  a  la ventana de mis sueños, sin embargo cuando quise ver  el número del boleto sentí  atravesar un caudaloso río en sentido inverso a la corriente de sus aguas. Nadando contracorriente y gran esfuerzo físico llegué a acercarme a nosotros para ver de cerca el número.

A la mañana siguiente junto al café, queso y  frutas  le envuelvo de fantasías creadas mientras duermo.  Me pregunta ¿recuerdas el número?  Y le digo  ¡claro, lo memoricé en ensueños!

Al terminar el día, al volver a casa,habla cómo le fué en el trabajo, anécdotas, visitas  y dice tranquilamente... ¿sabes? yendo al trabajo se me ocurrió acercarme a un puesto de loterías y le pregunté a la señora ¿no tendrá usted por casualidad el número  **.*** ?,la señora  dice sí,  el número está reservado a un colectivo desde hace años y nunca ha tocado.  Entonces  le cuenta: mi señora ha soñado con este número esta noche. Ambos se quedan sorprendidos. La lotera dice mire que es difícil  soñar con un número y encontrarlo en el primer puesto de loterías que entra  habiendo miles de puestos de ventas de loterías repartidos por toda España. La señora amablemente refiere que la casualidad puede traer suerte, comenta: si desea puedo hacerle un hueco y pasar a formar parte del colectivo que lo tiene reservado.

Un día hablando del número soñado y las casualidades de los sueños con un vendedor de loterías, me pregunta: ¿recuerda que tipo de papeleta era? Pues hay: boleto de la Once, Lotería del Jueves, Lotería del Sábado, Lotería de Navidad, Lotería del Niño, etc. Me di cuenta de que no había caído en el detalle de observar el tipo de lotería del sueño. 

Han pasado más de tres años. Desde entonces mi marido cada sábado compra religiosamente el número soñado. Le digo, no compres mas…ya ves que no toca, mi lotería fue conocerte, ella eras tú.

sábado, 31 de diciembre de 2011

El color del agua.


En algún sueño me ha pasado lo que sucedió anoche. Soy atraída por un túnel del que no puede uno escapar, solo puedes dejarte, ir a donde te lleve. El túnel aspira a una velocidad muy alta y parece estar hecho justo para las medidas del cuerpo. La atracción sometida es muy fuerte, tanto que sería imposible salir, he de dejarme pues que ocurra y esperar que sea breve.

La primera  vez me pasó esta experiencia apenas estaba durmiendo.  Fui llevada de la misma manera que esta anoche pero con mucho miedo, desconocía lo que pasaba. Anoche me alegré de verme de nuevo envuelta en estas cosas raras que ocurren mientras duermes y no resultó como anteriores veces donde el pánico bloquea el presente.

Hoy deseé llegar al final del viaje, no tuve miedo a esta aventura tan extraña. Llegué al centro de una especie de enorme burbuja o platillo blando y elástico situado en el aire. Allí a oscuras sentí ser observada detenidamente por seres que no dejaron mostrarme su rostro o, si estaban mis ojos no vieron más que esferas del tamaño de un balón cuya envoltura de color suave era maleable e hidratada. Las esferas diagnosticaban dolencias a través osmosis con mi parte aguada recorriendo cada trocito de mi cuerpo en la que ambas aguas comunicaban.
  
Empezaron su estudio por el cuerpo y cuando llegaron a la mente podían leer mis pensamientos y sentir mis sentimientos.   Entonces, en ese momento  recordé la imagen de mi marido y su imagen quedó fuera, analizándolo virtualmente. Volvieron de nuevo a insistir y a leer otra vez mi cerebro y la imagen de él volvió a surgir de mis pensamientos. Sentí hablar  que debían dejarme y me veo otra vez  en el túnel veloz, de vuelta al mundo de los sueños. 

Al desayuno le hablo de mi sueño. Le digo, si no hubieras estado dentro de mis pensamientos ¿qué habría pasado? ¿Me hubieran llevado con ellos?