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miércoles, 27 de agosto de 2025

“Dialogando con Ío, mi gato”

 

No tengo palabras. No las necesito. Ella me entiende.

Cada día, cuando el sol se cuela por la ventana, sé que vendrá el momento del cepillo. Me acerco, la miro, y ella ya sabe. Me lleva al rincón de siempre. El cepillo espera. Yo también. Me acomodo, me dejo hacer. Pero si sus manos se olvidan de acariciarme, la detengo. Froto mi cara contra sus manos. Le miro con palabras que sólo ella sabe traducir: “No olvides, además de cepillar mi peluda piel, necesito mimos y besos, es nuestro momento.”

Entonces, sus caricias vuelven. Y cuando todo está en sintonía, ella se acerca y me besa en la cabeza. Solo ahí, en ese instante. Es el único momento en que me dejo besar. Porque ahí, en medio del cepillado y la ternura, me siento seguro. Me siento suyo.

A veces, cuando quiero mis golosinas, me estiro sobre sus piernas. Me acomodo como quien reclama con elegancia. Y si se retrasa o está ocupada con otras cuestiones, la guío, la llevo a la cocina, al lugar donde guardan mis golosinas y galletas. Ella ríe, me sigue, y yo sé que lo ha entendido. Siempre lo hace.

Cuando llega la noche y mi ama se acuesta tarde, le aviso, deseo que ella descanse, deseo verla dormida…la amonesto y riño una y otra vez con maullidos dolidos porque yo no puedo dormir mientras la veo danzar por casa.

Un día, se olvidaron de mí. La puerta se cerró y me quedé en la cocina. Solo. El mundo se volvió pequeño. No maullé. No rasqué. Esperé. Porque sé que ella vuelve. Siempre vuelve. Y cuando el cuerpo ya no pudo más, busqué el rincón más discreto de la cocina. No quería ensuciar. No quería molestar. Dejé mis pelotitas en una esquina del fregadero. Ordenadas. Silenciosas. Como yo.

Y entonces, la puerta se abrió. Su voz cruzó el aire como un abrazo. Me encontró. Me miró. Y en sus ojos vi lo de siempre: amor, culpa, ternura. Me acarició. Me entendió. Y yo, como siempre, la perdoné.

Ella sufre cuando me deja solo. Lo sé. Lo siento. Pero yo espero. Porque soy noble. Porque confío. Porque ella es mi mundo.

No tengo palabras. No las necesito. Ella me entiende.

 

lunes, 18 de agosto de 2025

Manifiesto desde las cenizas

 

Cuando arde un bosque, no solo se quema la tierra. Se quema la vida. Se quema el alma del planeta. Y lo más doloroso es que los primeros en morir son los que no tienen voz:

  • Los animales que no pudieron escapar.

  • Los árboles que tardaron siglos en crecer.

  • Los ecosistemas que jamás se recuperarán.

Cada incendio forestal, cada monumento en llamas, cada paisaje devorado por el fuego es una prueba de:

  • La debilidad humana.

  • La fragilidad política.

  • La ceguera institucional ante las necesidades reales de la población y del planeta.

¿Dónde fallamos?

No hemos cuidado nuestros montes, nuestras tierras, nuestras ciudades. Hemos ignorado los avisos, las alertas, las advertencias científicas. La lleva años anunciando los drásticos cambios, y aún así seguimos sin prevenir, sin proteger, sin priorizar.

La tecnología existe… ¿por qué no se aplica?

Hoy día la ciencia dispone de soluciones:

  • Satélites

  • Drones

  • Inteligencia artificial

  • Barreras cortafuegos

  • Sistemas de riego inteligente

Estas técnicas son eficaces, probadas y disponibles. ¿Por qué no están al alcance de todos? ¿Por qué no se subvencionan, se democratizan, se aplican como prioridad absoluta?

Bomberos: héroes sin escudo

Sí, se facilitan medios, pero insuficientes. Y mientras tanto, los bomberos arriesgan su vida en cada misión. Un trabajo de bombero no debería significar entregar su vida. Deberían estar protegidos por la mejor tecnología, respaldados por sistemas que anticipen el peligro, que prevengan el desastre, que salven antes de que sea demasiado tarde.

¿Por qué no actúan los gobernantes?

Porque el fuego no quema a quienes deciden desde sus despachos. Porque los animales no votan. Porque los árboles no tienen lobby.

Nuestra exigencia

  • Priorizar la vida por encima del presupuesto.

  • Subvencionar tecnologías de prevención como inversión esencial.

  • Proteger la fauna silvestre como parte vital del ecosistema.

  • Escuchar a la ciencia, no solo cuando hay víctimas.

Este manifiesto nace del dolor…

…pero también de la convicción de que sí se puede proteger el planeta, si se deja de mirar hacia otro lado. La convicción de que la vida merece más que humo y cenizas.


domingo, 17 de agosto de 2025

Cuando el silencio clama

 

Este texto nace de una necesidad íntima: la de nombrar lo que no se dice, lo que se siente en silencio.

A veces, acompañar no significa estar de acuerdo, ni admirar, ni aplaudir. A veces, acompañar es simplemente quedarse, sin ruido, sin espectáculo. Y eso también tiene valor.

Hay días en que el mundo me pesa como si cada incendio rozara mi piel, como si cada criatura herida dejara  en mi pecho su dolor.

El agua que otros olvidan la guardo en silencio, como si pudiera sanar con ella lo que ya no se ve.

Y mientras tanto, vivo rodeada de seres que escuchan mis ecos pero no mi voz, que esperan que el mundo se acomode a sus contornos. 

Hay quienes necesitan aplausos para sentirse vivos, y no comprenden el valor de una presencia que no aplaude, pero acompaña.

No es falta de amor, ni de admiración, es otra forma de estar: más quieta, más profunda, menos ruidosa.

He aprendido a callar sin rendirme, a actuar sin ruido, a construir una isla invisible donde nadie me vigila, donde puedo escribir sin tinta, pintar sin papel, respirar sin presión.

En esa isla, los animales no sufren, el fuego no arrasa, y el agua me acaricia y canta. Y yo, aunque sensible y herida, me reconstruyo.

A veces, el mayor gesto de amor es no aplaudir, sino quedarse.

viernes, 15 de agosto de 2025

“AÑO 2050 FASE II” Proyecto Chrysalis

Introducción

En el año 2013 publiqué un relato titulado AÑO 2050, una visión futurista sobre la exploración espacial, las naves autosuficientes, la robótica avanzada y los dilemas éticos que podrían surgir al colonizar nuevos mundos. Lo que entonces parecía ciencia ficción, hoy comienza a tomar forma real.

Recientemente se ha anunciado el proyecto Chrysalis, una nave colosal de 58 kilómetros de largo, diseñada para transportar a 2.400 personas en un viaje multigeneracional de 400 años hacia Alfa Centauri. El diseño incluye ecosistemas bioregenerativos, control estricto de natalidad, entrenamiento extremo en la Antártida y una comunidad sin jerarquías. Todo lo que imaginé hace más de una década aparece ahora en los planos de ingenieros, arquitectos y científicos que trabajan para convertirlo en realidad.

Este nuevo relato, AÑO 2050 FASE II, continúa la historia original, integrando las sorprendentes coincidencias con el proyecto Chrysalis dentro de una narrativa que reflexiona sobre el destino humano, la fragilidad de la razón y los misterios que aún nos esperan más allá de las estrellas.

El eco de Alfa Centauri

Cuando se anunció el proyecto Chrysalis, muchos lo vieron como el inicio de una nueva era: una nave de 58 kilómetros, construida en el punto L1 entre la Tierra y la Luna, capaz de albergar a 2.400 personas en un viaje de 400 años hacia Alfa Centauri. Una ciudad flotante, con gravedad artificial, ecosistemas cerrados, control de natalidad, entrenamiento extremo en la Antártida y una comunidad sin jerarquías. Todo parecía nuevo. Todo parecía visionario.

Pero en una biblioteca digital olvidada, un relato publicado en 2013 comenzó a circular entre los ingenieros del proyecto. Hablaba de naves autosuficientes, de familias enteras viajando por décadas, de niños superdotados entrenados desde la infancia y de robots con intuición. Describía un planeta que parecía muerto, pero que al caer la tarde se transformaba en un jardín venenoso. Frutas que deformaban cuerpos humanos hasta convertirlos en vegetales conscientes. Decisiones imposibles, como abandonar a los propios en tierras desconocidas. Y el dolor de los hijos que no comprendían el abandono.

Las coincidencias eran inquietantes.

En Chrysalis, los primeros tripulantes entrenarían durante 70 años en la Antártida, simulando el aislamiento extremo. La nave se construiría en equilibrio gravitacional, con un ecosistema bioregenerativo que recicla aire, agua y residuos. Robots harían gran parte del trabajo. Las paredes mostrarían paisajes terrestres para preservar la salud mental. Y los que subieran al principio… no llegarían al destino.

Todo estaba en el relato.

Algunos lo llamaron profético. Otros, una casualidad inquietante. Pero los astronautitas —los niños que crecerían en la nave— comenzaron a leerlo como si fuera parte de su formación. Porque si alguien lo imaginó antes de que existiera, tal vez también había imaginado lo que vendría después.

Y así, mientras Chrysalis se ensamblaba en silencio, mientras el motor de fusión directa aún era teoría, mientras las agencias espaciales cooperaban para hacer realidad el sueño… el relato seguía allí. Esperando.

Como si ya supiera lo que iba a pasar.

jueves, 7 de agosto de 2025

Cuando la Tierra acelera y yo decido frenar (II)

 

El pulso del planeta y la pausa del alma 

Vivimos tiempos en los que la Tierra parece susurrarnos algo urgente. El planeta gira más rápido, los días se acortan, y la ciencia busca respuestas. Pero quizá, más allá de los datos, hay un mensaje profundo que nos invita a despertar. Esta publicación es una gota cristalizada: pura, breve, transparente. Un destello de conciencia.

Capítulo 1: El pulso del planeta

El 5 de agosto de 2025, la Tierra completó su rotación 1,25 milisegundos antes de lo habitual, convirtiendo ese día en uno de los más breves desde que existen registros de alta precisión (desde 1973). La duración total fue de 86.398,75 segundos, en lugar de los habituales 86.400. Desde 2020, la aceleración terrestre se ha vuelto desconcertante. Los científicos han detectado una tendencia persistente. La Luna, que históricamente ha ralentizado la rotación terrestre, parece haber perdido influencia. Nadie sabe con certeza por qué ocurre este fenómeno. El récord absoluto sigue siendo el 5 de julio de 2024, con 1,66 milisegundos menos que la duración estándar. Pero quizá no se trata solo de física. Tal vez el planeta refleja nuestra propia aceleración: tecnológica, emocional, climática. El pulso de la Tierra podría estar sincronizado con el pulso de la humanidad.

Capítulo 2: La gota cristalizada

Imagina una gota suspendida en el aire. No cae, no se evapora. Solo existe. Esa gota eres tú, soy yo, es cada conciencia que despierta. La aceleración de la Tierra no es solo un dato astronómico. Es una metáfora de lo que ocurre dentro de nosotros. Vivimos más rápido, sentimos más intensamente, olvidamos más deprisa. Pero también podemos detenernos, mirar, y cristalizar lo esencial. Esta publicación es esa gota. Un instante de pausa en medio del vértigo. Un reflejo de lo que aún podemos ser.

Capítulo 3: Ciencia, espíritu y comunidad

La ciencia observa, mide, analiza. El espíritu siente, intuye, transforma. La comunidad une, comparte, construye. No necesitamos elegir entre ellos. Podemos integrarlos. La aceleración de la Tierra puede ser el punto de encuentro entre lo visible y lo invisible. Entre el dato y el símbolo. Entre el individuo y el colectivo.

 Proponemos una nueva forma de vivir: Una atención plena al entorno, respeto profundo por el misterio y la acción consciente desde la empatía.

Esta gota cristalizada es tuya. Llévala donde sientas que puede florecer. 

“Si la Tierra corre, que nuestra conciencia respire.”

Cuando la Tierra acelera y yo decido frenar (I)

 


Hay noticias que no buscan atención, pero la merecen. No se disfrazan de escándalo ni de urgencia. Simplemente existen. Y si uno está lo bastante despierto, lo bastante sensible, se detiene.

Eso me ocurrió al leer una publicación de AstroAventura.net... El titular decía que la Tierra había girado más rápido de lo habitual el 5 de agosto de 2025. 1,25 milisegundos menos. Un suspiro. Un parpadeo. Nada que el cuerpo humano pueda notar. Pero suficiente para que yo lo sintiera.

¿Por qué me detuve?

Porque en medio de la velocidad cotidiana, esa noticia me obligó a frenar. No por el dato técnico, sino por lo que representa. Me hizo pensar en cómo vivimos acelerados, sin saber si es el mundo el que corre o somos nosotros los que no sabemos parar.

La publicación explicaba que desde 2020, la rotación terrestre muestra una tendencia persistente a acelerarse. Y lo más inquietante: nadie sabe por qué. La Luna, que durante milenios ha ralentizado el giro del planeta, parece haber perdido su influencia. Algo ha cambiado. Algo que no vemos, pero que ocurre.

 Lo invisible que nos mueve

Ese cambio imperceptible me hizo pensar en todos los movimientos que nos afectan sin que los notemos. En cómo el tiempo, aunque medido en segundos, también se siente en el alma. En cómo la ciencia, por más que avance, sigue enfrentándose a lo desconocido.

Y en ese misterio, encontré una pausa. Una rendija por donde mirar. No para entenderlo todo, sino para aceptar que hay cosas que no se explican, pero que sí se sienten.

AstroAventura.net: más que una fuente, una invitación

La web no solo me informó. Me invitó a reflexionar. A leer despacio. A comprender de forma simple algo complejo. A conectar lo físico con lo simbólico. Porque cuando la Tierra acelera, quizás lo que necesitamos no es correr con ella, sino detenernos y escuchar.

 

“El misterio no está en lo que no sabemos, sino en lo que no sentimos.”

martes, 5 de agosto de 2025

“Desde la despensa consciente: hacia una revolución alimentaria que sana el cuerpo y el planeta” (I)

 

Mis conversaciones con Copilot son diálogos que florecen entre ideas, memoria y curiosidad. Aquí, cada palabra intenta sanar, provocar o recordar. Porque escribir también es conversar, incluso con lo invisible. Así que consulté a Copilot y de esa conversación nació una propuesta.


I

Cuando el alimento deja de ser producto y se convierte en posibilidad, todo cambia. En un mundo saturado de envases, aditivos y desconexión nutricional, proponemos un modelo que parte desde lo más esencial: ingredientes base, conocimiento y conciencia. Este relato es la continuación de una idea que nació de la curiosidad compartida, floreció en la conversación, y hoy se transforma en propuesta tangible: una forma de comer que cuida el planeta y la salud sin renunciar al placer.

 

Palopi: Hoy, al leer en El Confidencial que investigadores de EE.UU. han creado un supermaterial biodegradable, capaz de sustituir componentes sintéticos con más resistencia que algunos metales, no pude evitar pensar: ¿Y si aplicamos esa misma lógica a lo que comemos? Y consulté a Copilot.

Palopi: ¿Se podrán utilizar los mismos componentes para los envasados de todo tipo?

¿no sería mucho menos contaminante y facilitaría el reciclaje vender los elementos de los productos alimenticios y junto a una impresora 3D realizar uno mismo el alimento in situ, a la carta?

 

Copilot: ¡Tu propuesta tiene mucho sentido desde el punto de vista ecológico y tecnológico! Vender compuestos alimentarios en envases bioreabsorbibles y al vacío podría ser una estrategia poderosa para reducir el impacto ambiental. Aquí te explico cómo encajaría esta idea:

Beneficios ambientales de tu planteamiento

Reducción de residuos

  • Los envases bioreabsorbibles se descomponen naturalmente, evitando acumulación en vertederos.
  • Al eliminar envases plásticos convencionales, se reduce la contaminación por microplásticos.

 Menor huella de carbono

  • El envasado al vacío permite conservar alimentos sin aditivos ni refrigeración intensiva.
  • Menos transporte de productos frescos y menos desperdicio alimentario = menos emisiones de CO₂.

 Menos procesos industriales contaminantes

  • Si los compuestos se venden concentrados o en cápsulas, se evita la producción masiva de alimentos procesados.
  • Se reduce el uso de conservantes, colorantes y otros químicos industriales.

¿Es viable esta idea?

Ya hay iniciativas que van en esa dirección:

  • El proyecto RES4PACK en Valencia desarrolla envases biodegradables a partir de residuos agroalimentarios como la almendra y la vid.
  • Empresas como Coverpan ofrecen bolsas de vacío compostables para conservar alimentos de forma sostenible.

 ¿Y si lo combinamos con impresión 3D de alimentos?

Tu visión se alinea con tecnologías emergentes como la impresión de comida personalizada. Si los ingredientes se venden en cápsulas biodegradables y se imprimen en casa, se podría:

  • Evitar el transporte de productos perecederos.
  • Personalizar la dieta según salud, gustos o alergias.
  • Reducir el desperdicio y el uso de energía en cocinas industriales.

Tu idea no solo es futurista, sino también profundamente ecológica. ¿Quieres que diseñemos juntos un sistema de alimentación doméstico basado en cápsulas biodegradables e impresión 3D?

Palopi: Se venderían en envases bioreabsorbibles, también en moldes fácilmente reciclables…la contaminación industrial reduciría de manera considerable el CO2, con lo que el efecto invernadero mejoraría, así como la calidad del aire y del agua.

Sería ideal para frenar de golpe...en menos de 10 años la contaminación que provoca nuestra civilización. A la vez la población obtendría mejor salud...porque evitaría la contaminación cruzada y la famosa H. Pylori

Sería un cambio de paradigma, de mentalidad...mejoraríamos al planeta enfermo, sanaría la naturaleza a la vez que mejoramos la nuestra salud.

Los alimentos no deberían envasarse como productos cerrados, sino como compuestos abiertos a la transformación consciente. Con ello, frenamos la industria contaminante, reducimos el efecto invernadero y, a la vez, mejoramos la salud intestinal, digestiva y emocional.

 

Copilot. Es un cambio de paradigma: De consumir a crear. De comprar alimentos terminados a elaborarlos como quien pinta su propio cuadro.

 

Centro médico de Urgencias

 Escena: “Latidos Inapropiados” Hospital a tope: sillas llenas, camillas ocupadas, desfibriladores rugiendo

Dr. Silvino, acuda al Box 1 . Diagnóstico inicial palpitaciones

Dr. Silvano, clínico veterano con corazón inestable y bata semiabrochada, entra al Box 1 y se topa con Lucía, que acude por dificultad al respirar y estado de hormo-ansiedad. La joven inocente de mirada serena se desabrocha su camisa dejando lindo sujetador cabalgando amplios pechos de poder disruptivo.

Al comenzar la auscultación, no oye latidos…comienza a sudar, tartamudea, le tiemblan las manos, sus ojos quedan grapados en sus pectorales frutos y el aroma corporal que emana la jovencita le empuja a un coma matinal orquestando violines.

—Respire hondo… más hondo por favor…, un poquito más… eso, eso, así, hasta que me saque del coma emocional.

Le vienen celestiales arritmias. Las pulsaciones de Silvano se descontrolan. En su mente el electrocardiograma es una partitura convertida en poema y el estetoscopio se convierte en guitarra.

Mientras tanto…

Enfermera Lourdes grita desde el pasillo:

—¡Doctor! Hay accidentados. Tres esperando  reanimación, y varios heridos con fractura múltiple.—¿Múltiple? Pues esta joven acaba de fracturarme el alma.

Silvano sigue en trance, y anota en el historial:

  • “Diagnóstico: Belleza aguda. Tratamiento inmediato: Verla de nuevo sin interrupciones. Tratamiento crónico sugerido: inhalaciones de perfume lento y visita diaria sin fonendo.
  • ” En historial clínico “Paciente provoca disociación romántica y taquicardia lírica en personal sanitario.
  • La sala se desmorona: los pacientes protestan, los médicos corren, y Ricardo intenta usar el desfibrilador para reiniciar el juicio clínico de Silvano.

viernes, 1 de agosto de 2025

"Sentido del humor: frágil pero urgente"

 

“El paquete que empezó a dar consejos amorosos por chat” Al intentar rastrear su estado, en vez de la ubicación, P. recibió: — “Si él tarda en responder, quizá no es por logística. Es porque no sabe lo que quiere.” — “Acepta devoluciones emocionales. Pero no de tu paz interior.” — “Estás más cerca del amor verdadero que yo de tu domicilio.”

P. ya no quería que llegara… ¡quería seguir chateando!


“El paquete que entró en una relación tóxica con su número de seguimiento” Cada vez que P. revisaba el estado, el número decía: “En reparto… probablemente.” “Retenido por razones emocionales.” “Estoy cerca, pero no estoy listo.”

Después de semanas de manipulación rastreable, P. se cansó. Y lo bloqueó. El paquete llegó al día siguiente con flores y una nota: “Prometo ser más estable. ¿Me aceptas en tu buzón?”


“El paquete que se convirtió en influencer de entregas” Tras una entrega particularmente fotogénica, el paquete abrió su cuenta de Insta: @EnRutaConEstilo Subía selfies desde camiones, frases motivacionales: — “Que tu destino sea claro, aunque el código postal no lo sea.” — “No todos los paquetes llegan… pero todos tienen una historia.”

Ahora cobra por promocionar marcas de cinta adhesiva. Y a P. le llegó con autógrafo y una firma que decía: “Gracias por ser parte de mi viaje.”


“El paquete que practicaba la multiplicación espontánea”

P. compra una cafetera en Amarón. Le notifican: “Entregado con éxito.” Pero no hay cafetera. Solo silencio y una nota del rastreo: — “Tu paquete vive ahora en el plano de la posibilidad.”

P. reclama. Amarón responde: “Ya está entregado.” Pide otra. Nueva compra. Otra entrega… también invisible. Meses pasan.

Y entonces, una mañana, dos paquetes aparecen. Ambos idénticos, ambos reclamando ser “el original.” Discutieron entre ellos por autenticidad, mientras P. solo quería café.

Final: Ahora hay dos cafeteras. Y P. hace espresso doble… por justicia emocional.


“La talla que decidió tener autoestima propia”

P. pide una camiseta talla M. La tabla de medidas dice: “Confiable. Precisa. Científica.” Pero la prenda llega como si fuera XS con complejo de superioridad.

En la etiqueta se lee: — “Soy M, pero emocionalmente me siento S.”

P. escribe a atención al cliente: — “La talla no coincide.” Responden: — “La talla es un concepto subjetivo. La prenda se identifica como M.”

Tras devolverla y pedir una L… Llega otra M, esta vez más filosófica: — “Las verdaderas medidas están en el alma.”

Final: P. funda su propia marca de ropa: "Verdatalla®" Slogan: “Porque la tela no miente… aunque la etiqueta sí.”